La cocina de las aldeas en las montañas del Cáucaso y las playas en el mar Negro sigue teniendo tirón en Madrid, y es que si hace unos años asomaba la patita de manera tímida, este otoño irrumpe con fuerza con la puesta en órbita de Persimmon’s, donde comida y buenos cócteles confluyen para nuestro disfrute.

A un tiro de piedra de la Plaza de las Salesas, nos topamos con ese coqueto lugar donde todo invita a pasarlo bien entre amigos o esa cita a la que quieres dejar sin palabras. Un restaurante totalmente cosmopolita que consigue que te centres en tu compañía y en los platos sobre la mesa porque es lo único que importa.

Sus cócteles a base de chacha (un licor muy típico en Georgia realizado originariamente a partir de uvas, pero que aquí hacen con caquis) son el mayor reclamo de las dos barras de mármol de Persimmon’s.

Así, la calidez de este escenario junto con el juego de luces que ayuda a que todo se desarrolle según lo previsto, le permite a Persimmon’s exprimir al máximo la esencia de Georgia en un claro alarde de su rica gastronomía.

Un verdadero placer para los sentidos que Natalia Dzidziguri, Nino Kiltava y Zurab Khuroshivili Basilashivili, sus propietarios, consiguen para este local que sabe a auténtico y que nos hace viajar a esas calles empedradas de Tiflis, que un día estuvieron bajo el dominio persa y ruso.

Un Persimmon’s de carta rica en sabores intensos que nos costará olvidar y platos como su queso sulguni relleno de ricotta y menta en salsa de mango, berenjena rellena de pasta de nueces especiada con salsa de granada, croquetas de carrillera con salsa de kharcho, su khachapuri en brocheta o tres tipos de quesos con mantequilla ahumada y yema de huevo a la brasa, el bikini de cochinillo con adjika y zanahoria con repollo marinado, la presa iberica a la brasa con tinta de calamar y salsa de remolacha o un tiramisú de la casa, para l@s más dulcer@s, con el que hay que terminar sí o sí. Sin palabras.