Boa-Bao, el restaurante pan-asiático más aclamado de Portugal, desembarca en Barcelona con una propuesta gastronómica basada en el street food más canalla para llevarnos de viaje por países como Tailandia, Vietnam, Laos, Camboya, Malasia, Indonesia, Filipinas, Corea, Japón y China a través del paladar. F: Todas las imágenes por María Doce Capeáns para Boa-Bao

Este billete de ida y vuelta, más allá de estar basado en una propuesta gastronómica de lo más gamberra, se inspira en el street food más auténtico y llega de la mano de una coctelería de nivel y una atmósfera propia de la calle más bulliciosa del sudeste asiático que te sorprenderá. Tras haberse reafirmado como uno de los restaurantes to be en Lisboa primero (2017) y Oporto después (2018), ciudades donde el concepto ha sido premiado hasta la saciedad, Boa-Bao decide abrir sus puertas en Barcelona, a la orilla del Mediterráneo y un poco más cerca de su adorada Asia. 

El nuevo espacio de Boa-Bao en Barcelona. Imagen de María Doce Capeáns para Boa-Bao

Si pruebas parte de los 64 platos de su extensa carta, tu pasaporte contará con sellos de muchos países

El proyecto nació de la pasión de una pareja americana-holandesa por la gastronomía asiática que, tras muchos viajes, decidió asociarse con el chef Chris Gelien para dar vida a esta sabrosa aventura, que en tiempo récord terminaría convirtiéndose en un éxito sin precedentes. El hecho de que Boa-Bao se haya instalado en el Eixample no es casualidad, pues el equipo buscaba un barrio emblemático para integrar su concepto en la cultura local; así como una localización icónica como es el edificio que hasta hace pocos meses ocupaba: la Galería Joan Gaspar. 

Alianzas como las que han hecho con el Café La Finca de Castelldefels o los vecinos Garage Beer, que aquí sirven una IPA cítrica perfecta para limpiar el paladar entre recetas pan-asiáticas y el ir y venir de los palillos, solo reafirman la voluntad del restaurante por querer formar parte de la oferta gastronómica de la ciudad. Sus recetas no intentan reinventar, fusionar ni reinterpretar. Muy al contrario, el restaurante busca mantenerse fiel a las recetas tradicionales, elaboradas con materia prima de máxima calidad. Si pruebas parte de los 64 platos de su extensa carta –sí, 64 platos, has leído bien–, tu pasaporte contará con sellos de muchos países. 

Las vieiras a la brasa con salsa nam jim de marisco de Boa-Bao. Imagen cortesía de Boa-Bao

De hecho, el nivel de exigencia en la cocina lleva al equipo de Boa-Bao a invitar chefs regularmente para mejorar la técnica de elaboración de las recetas. Sin ir más lejos, este julio llega a la Ciudad Condal Nyoman Wijana de Indonesia, maestro en la técnica culinaria de su país que el equipo conoció en una de sus visitas al continente vecino. Además, la cocina del restaurante destaca por la multiculturalidad del equipo, que viene de distintos puntos del Sudeste Asiático. 

Puedes empezar una comida o una cena en Boa-Bao con entrantes como los rollitos de primavera –al uso o de pato pekín–, unas samosas vegetarianas con chutney de cilantro y menta, las sabrosas tiras fritas de ternera deshidratada con sésamo al estilo Isaan o unas vieiras braseadas con salsa Nam Jim de marisco. Una vez terminada la primera parada de la ruta pan-asiática, la carta se divide por apartados temáticos. El de Gua Baosnos sirve recetas tan sabrosas como el de pato pekín con hoisin, pepino y cebollino; mientras que el de lubina se ha convertido en un hit instantáneo, con su rábano encurtido y su mayonesa picante. 

El nuevo espacio de Boa-Bao en Barcelona. Imagen de María Doce Capeáns para Boa-Bao

Con los postres entramos en la fase final del viaje y empezamos el retorno, siendo ésta la parte con más reminiscencias europeas de la carta

La de las sopas grandes –el adjetivo lo dice todo– es otra de las secciones clave, con auténticos best sellers como la sopa malasia de marisco al curry con noodles de huevo o la sopa cantonesa de wontons con noodles de huevo y cerdo. Las ensaladas aportan ese punto refrescante –aunque siempre de sabor intenso– de la carta, con opciones como la de setas y pulpo a la brasa o la de fideos vermicelli con gambas ‘black tiger’, pollo y citronela.

La sección de Curry y Coco sugiere opciones como el verde thai con marisco o el indonesio de pescado, okra y berenjena; y, por último, pero no menos importante, los woks cierran una carta en la que podemos encontrar el clásico pad thai con verduras, noodles de arroz y tofu pero también versiones más elaboradas como la de panceta de cerdo frita, brócoli chino y pimienta Sichuán, o los filetes de lubina al vapor con lima, chile, ajo y Pak Choy.

La crème brûlée de coco con albahaca y citronela de Boa-Bao. Imagen cortesía de Boa-Bao

Con los postres entramos en la fase final del viaje y empezamos el retorno, libre de jet lag. Siendo ésta la parte con más reminiscencias europeas de la carta, podemos encontrar en ella la crème brûlée de coco con albahaca y citronela, un auténtico hit de la casa; los dumplings de sésamo negro con té de lichi, jackfruit y jengibre; o el Lod Chong, noodles pandan con mango y sorbete de coco.

La recta final de esta travesía llega con su carta de cócteles, que ayudan a crear una atmósfera única en los dos pisos de este restaurante –de decoración artsy y de lo más vibrante– que nos traslada al desorden nostálgico del Sudeste Asiático. El menú, que se entrega al cliente en forma de pasaporte, se divide en secciones como Let’s Be Adventurers, solo apto para los aventureros que quieran explorar nuevos sabores y técnicas; o Sama Sama, que significa ‘Ser bienvenido’ en indonesio y busca experimentar este estilo de vida genial y saludable. En Boa-Bao, desde luego, te sentirás así siempre.