Volvemos a uno de los barrios más castizos de Madrid para disfrutar de un pantagruélico festín en Casa Ricardo, ahora que nos adentramos en el puente de mayo. Habrá que celebrarlo, ¿no?

Orgullo y tradición es lo que respiramos en esta casa de comidas, fundada en 1935, por la que no pasan los años. Y es que nos encanta dejarnos caer por esos lugares que más allá del filtro y el emplatado instagrameable nos dan de comer, porque es a lo que hemos ido. Algo que en Casa Ricardo se les da demasiado bien, y todo por esos años y años de recorrido que lo convierten en una apuesta perfecta para ganarla.

Así, a una decoración de lo más cañí, se les une una propuesta culinaria de lo más potente y costumbrista para adentrarnos por el maravilloso mundo de la cocina española (con especial mención a la madrileña) sobre mantel de cuadros y despachada con el mimo que semejantes platos merecen.

Si te gusta la casquería y no encuentras dónde ir, en Casa Ricardo encontrarás lo que tanto tiempo andabas buscando.

Una Casa Ricardo donde el alicatado de sus paredes nos sirve de prueba para darnos cuenta de que lo antiguo no necesariamente tiene que estar pasado de moda, pese a no caer en la carta de favoritos de la generación Z.

Un punto de encuentro de puro conocimiento gastronómico al que ir para salir bien tratado y con una cultura culinaria como pocas, gracias a una propuesta de profundo sabor y horas en los fogones de platos como sus calamares en su tinta, gallina en pepitoria, callos o caracoles a la madrileña, habitas fritas con jamón, migas manchegas, entrecot a la parrilla o pollo frito al ajillo, o de riñones de cordero lechal, entresijos, lengua de ternera estofada o mollejas de cordero al jerez, para l@s m@s casquer@s.

¿Hueco para el postre? Piononos de Santa Fe de Granada, flan de huevo, arroz con leche, manzana reineta asada, profiteroles bañados en chocolate y un suma y sigue de postres caseros te esperan. ¡Qué delicia!