Más de una vez os he hablado del canalleo que nos traemos en Madrid. Un concepto, una manera de disfrutar más que, actualmente, se sigue usando como favorito trending topic del foodie que se precie más atrevido. Amantes de la comida, del ocio, de las sobremesas que se alargan y de esos garitos donde se cuece de todo (y en muchos casos, hasta pasada la madrugada) y que en locales como Kike Keller, el 7 Craft Bar, La Pescadería, La Tasquita de Enfrente, el 1862 Dry Bar, el Decadente o el Canalla Bistro, que sienta las bases en su propio nombre, se encuentran para olvidar y gozar. Lo mismo pasa en Jack Percoca, un garito que no puedo dejar de añadir a la lista.

La zona de Conde Duque saca así su lado más pillo con un Jack Percoca que se nos presenta como uno de los mejores restaurantes italoamericanos de la capi y que, a modo de speakeasy o bar clandestino nos seduce desde la primera caída de ojos, desde el primer sorbo de cualquiera de sus cócteles de bienvenida. Un restaurante desde donde Luca de Mari hace y deshace a capricho y siempre con el objetivo de sorprender a sus comensales.

¿Pero y quién es Jack Percoca? Pues el abuelo del napolitano Luca de Mari, el dueño, que comparte con nosotros un pedacito de ese auténtico sabor a comida de verdad, de toda la vida

Un viaje a esa Little Italy neoyorquina donde las opciones gastronómicas, las elaboraciones y el trato son su particular seña de identidad y la culpa de que seamos muchos los que repitamos. Una carta que no se pierde en tonterías y va directa a nuestro paladar con especialidades de la casa tales como su bruschetta, sus albóndigas en bechamel, macarrones fritos rellenos, tartar de verduras en salsa de Bloody Mary con patatas, tortelloni rellenos de calabaza y amaretto, spaghettoni caseros con albóndigas y salsa de tomate, tartar de atún con aguacate, ensalada de bresaola con parmesano y rúcula y pizzas como la Diavola (tomate, mozzarella y salami picante napolitano), la Four Seasons (champiñones, jamón cocido, salami, tomate y calabacín) o la Sandy (burrata, bacon, huevo, trufa y espárragos).

¿Y de postre? Pues un Spritz Campari, un Positano (limoncello infusionado con hierbabuena) o un Sinatra (bourbon infusionado con piel de naranja y anís estrellado) para empapar su tiramisú Godfather o el brownie con el que, ciertamente, ¡ya estaría!