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Bru Romero

Cuando en un Madrid con restaurantes que suben y echan la persiana rápidamente (pues la competencia llega a ser animal), consigues alcanzar la velocidad crucero (sin apearte de ahí), es que eres bueno, muy bueno. Por eso no me extraña que todo el que se haya dejado caer por Luna Rossa alguna vez, repita.

Y es que cuando un italiano es auténtico, no te queda otra que repetir y situarlo como restaurante italiano de cabecera. Porque, en este caso, estamos hablando de palabras mayores. No todos los días se puede saca pecho de haber abierto hace más de 30 años, contar con una clientela tan fiel y estar tan estupendo.

El sueño hecho realidad de Anna Carla Zuchinni que supo convertir su idea de restaurante italiano con alma ‘napoletana’ en un coqueto negocio a un tiro de piedra de Gran Vía y de la Plaza de la Luna que luce como si estuviéramos en la costa amalfitana gracias a unos azulejos diseñados exclusivamente para ellos.

Después de probar todo lo bueno, rico y auténtico de que disponen en Luna Rossa, no querrás ir a otro italiano. Palabrita.

Un espacio que entra por los ojos tanto como arenga a esas papilas gustativas a salivar sin control, cuando ves esos platazos que van colocando sobre la mesa vecina, y que cumple todas las expectativas que esperábamos tanto si vamos por vez primera como si lo tuyo es hacer méritos para lograr convertirte en socio.

Un Luna Rossa, por tanto, que más allá de pizzas (todas buenas, pero elige la Marinara classica porque está flipante) o esos antipasti (bufala e parma o carpaccio tonnato, entre otros), para los que cuentan con una variada y muy cuidada selección de productos DOP que llegan desde Italia, consigue echarte el lazo y fidelizar gracias a una serie de propuestas más que interesantes que su chef Giuseppe Procentese, cuyas manos debían ser patrimonio nacional.

Así, opciones como su pennoni al ragù di genovese napoletana, los ravioli ripieni di ricotta di bufala e basilico con Piennolo de Vesuvio DOP y la tagliata toscana se convierten en pasos obligados, mientras no nos olvidemos de catar sus linguine all’aragosta e ‘nduja di Spilinga, sencillamente extraordinarios, y a los que te aconsejarán echar un poquito más de picante. Pídelo, no podrás parar.

Un tiramisú y verás como sentirás tu visita como un acierto, aunque solo sea para echar un ojo al primer horno de leña, de esas características, que llegó a Madrid y hoy forma parte del alma de Luna Rossa. El ‘dolce far niente’ tiene que ser esto.

Detalles




  • Dirección: c/de San Bernardo, 24
  • Horario: L: 13,30h a 16,00h y 19,30h a 00,00h; M: 19,30h a 00,00h y X-D: 13,30h a 16,00h y 19,30h a 00,00h
  • Teléfono: 915 32 14 54
  • Tipo: Restaurant
  • Web: https://lunarossa.es/