Es una verdadera fantasía que con todo lo que llevamos recorrido, gastronómicamente hablando, todavía sigan dejándonos con la boca abierta y con esa ilusión del primeriz@ en esto de probar de aquí y de allá, de disfrutar jalando, de no perderse ningún bar, taberna, restaurante donde se cueza algo más de buenas materias primas. Santa Rita se nos aparece, señores. Sí, como lo oyen. F: Todas las imágenes por cortesía de Santa Rita

A un tiro de piedra de la muy variopinta y siempre transitada Olavide, Santa Rita nos recibe como solo saben hacer las buenas anfitrionas. Un restaurante (fruto de la ilusión de Luca Faverio y Ana Sánchez) que, manteniendo como máxima el producto por el producto, recupera la pasión por descubrir las mejores joyas del mercado y las brasas como elaboración más implacable. Un local cuyo germen partió en el restaurante Il Porto de Menorca, uno de los referentes del puerto de Mahón, donde Luca y Ana se desarrollaron como expertos en estas lides culinarias.

Materias primas de mercado, aires menorquines, el saber y recorrido de dos amantes de la cocina y una Santa Rita que termina de obrar este milagro 2.0, la fórmula del éxito de este place to be

Con este historial, los fogones de Santa Rita son toda una suerte de ricos platos para disfrutar sin parar y donde el equilibrio entre materias primas provenientes del mar, de la huerta y de la granja responden al éxito de un libro de reservas abierto hasta la extenuación. Una carta repleta de especialidades como sus tortitas de maíz con tataki de atún, gambones al tandoori con guacamole de mango, chanquetes con huevos fritos de corral, croquetas de rabo de toro, alcachofas confitadas y braseadas, coquelet grillé picantón a la brasa, steak tartar de solomillo de cebón, arroz con setas y butifarra o del Señorito con calamares y gambas, pulpo gallego al carbón con parmentier de patata o el bacalao al josper sobre crema de pisto que son la máxima prueba de que estás en el sitio correcto.

Una aventura que no termina (no debería hacerlo) hasta que no pones el broche final con su crumble de compota de manzana y crema inglesa, la torrija caramelizada sobre dulce de leche o un tiramisú que es original como original es esta brasería donde nos encomendamos a Santa Rita para que no nos quite, sino que nos siga dando, semejantes alegrías.