Domingo de finales de mes. Tres del mediodía. Vagamos por Chamberí con una resaca inesperada, el estómago vacío y la cartera temblando por la noche del sábado. Enfilamos Cardenal Cisneros con pocas esperanzas y nos topamos con un cartel que promete tacos a 1,50 euros. Fade in, comenzamos a escuchar rancheras, abrimos la puerta de Tacos Chapultepec y se hace la luz.

Al otro lado encontramos un negocio genuino, poco preocupado por la decoración pero con un ambiente y un personal acogedor y relajado.  Una de nosotros es ya una habitual de Chapultepec y nos explica que ellos no tienen otras pretensiones que ofrecer comida mejicana auténtica y asequible. ¿Dónde está la trampa? «No hay trampa, ya lo veréis», responde ella. Obedientes, nos sentamos en la barra que da a la mampara de la cocina y repartimos ibuprofenos. El cocinero se ríe y dice que no hay mejor remedio para las mañanitas tristes que tres buenas micheladas (jarra de cerveza servida con hielo, zumo de limón, pimienta, sal, chile en polvo y especias). Acatamos la orden y al tercer trago volvemos a escuchar rancheras, otro destello de luz.

Tacos Chapultepec es Mexico auténtico, además de una opción extra-asequible, sin pretensiones y con garantía de calidad.

Miramos la carta y nos decidimos por las recomendaciones de nuestra amiga. Tacos: la Cochinita Pibil (cerdo adobado en anxiote, cocido en hoja de plátano), el Pástor (carne de cerdo adobada con chile ancho, naranja, vinagre y pimienta), la tinga de pollo (pechuga deshebrada en salsa de cebolla, tomate y chile de chipotle) y el pollo con mole (una deliciosa salsa elaborada con chocolate, cacahuete, almedras, ajonjolí, chile y semillas).  Los cuatro son grandísimos aciertos, así como las quesadillas de huitlacoche. «Pues va a ser que no hay trampa», nos decimos. Además, siempre hay jugosas alternativas: en el apartado de bebidas y para aquellos que no toleren las micheladas, se puede optar por el mezcal, las margaritas o la cerveza mejicana de botella como Pacífico.

Otro de los trabajadores del bar nos cuenta satisfecho que hace pocos meses han abierto otro Tacos Chapultepec en el Barrio de las Letras (calle Santa María, 39). Estos mejicanos llevan cinco años haciéndose un nombre en Chamberí a base de humildad, autenticidad y mucho, mucho trabajo. Su apertura en 2010 coincidió con el reconocimiento por parte de la UNESCO de la comida mejicana como Patrimonio de la Humanidad, a lo que ellos añaden: «nos sumamos al gran compromiso de conservar, proteger y promover nuestra auténtica comida tradicional». Lo que nosotros, recuperados de la resaca y con el estómago lleno, podemos corroborar a la UNESCO desde hoy y cuando sea pertinente. Eso, y contarles sobre la labor humanitaria que Tacos Chapultepec ha realizado con este grupo de zombis un domingo despiadado de finales de mes. ¡Gracias, amigos, la pasamos padrísimo!