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Ariana Díaz Celma

Todos hemos estado alguna vez en el Carmelitas, un lugar que en su día fue un emblema del Raval alto, así como de la vanguardia y la modernidad en Barcelona, aunque debemos aceptar que había quedado un tanto obsoleto en los últimos años. Descubrir que ha reabierto es como una bocanada de aire fresco para el barrio, y más aún teniendo en cuenta que lo ha hecho a manos del fiable grupo Tribu Woki, encargados también de poner en marcha los fogones de otros restaurantes como el Barraca, el Barracuda y toda la saga de supermercados bio -precursores de las especie en Barcelona- Organic Market, con sus respectivos restaurantes Woki. Si alguien sigue los pasos de Guido Weinberg y cía, alma máter de esta Tribu con principios sostenibles que sólo deja entrar en sus cocinas productos de proximidad y ecológicos, sabrás que Xavier Pellicer -el que fuera chef de restaurantes como Ábac y Can Fabes- es su fiel escudero. Para poner nombre y apellidos a la carta de este restaurante situado en un antiguo convento de la orden de las Carmelitas de Barcelona, al tándem se le suma el italo-brasileño Rafael Vertamatti.

El mítico restaurante Carmelitas reabre por partida doble bajo la batuta gastronómica de Xavier Pellicer y Rafael Vertamatti

El Carmelitas, pero, es un arma de doble filo, un restaurante que desdobla su propuesta en sus dos comedores, que sirven cartas hermanas pero no gemelas. El Carmelitas Tapas y el Carmelitas Vermuteria representan las dos caras del reinaugurado espacio, que también diferencia sutilmente su decoración gracias al ojo clínico del Lekuona Studio, otro aliado de la casa, y su particular buen hacer para convertir lugares inhóspitos en confortables y agradables.

Tal y como hemos dicho, Carmelitas Vermuteria y Carmelitas Tapas comparten la mitad de su nombre, pero se sitúan en salas distintas, unidas por un pasillo que hace de nexo entre ambos ambientes. No es de extrañar, pues, que las cartas sean también distintas. Haciendo honor a sus respectivos nombres, el primer espacio está dedicado al arte del vermut y sus acompañantes de rigor: encurtidos, confitados o escabeches. Podrás probar las alcachofas de la casa, la ensaladilla rusa del Carmelitas, los mejillones escabechados, la sardina con cebolla e hinojo, todo tipo de embutidos y quesos o su gran surtido de pinchos y banderillas.

Por su lado, el Carmelitas Tapas se presenta como un bistró atemporal donde degustar platillos de toda la vida, aunque con ese no sé qué especial que Xavier Pellicer tan bien sabe dar a sus platos. Los sabores de siempre se mezclan con alguna que otra referencia internacional. Es así como clásicos como los calamares a la andaluza, el huevo bio a baja temperatura -exquisito aunque debes comerlo antes de que se enfríe-, el canelón vegetal bío o las bravas rústicas, se dan la mano con platos como el ceviche del pescado del día, la ensalada de vieiras y shitake -un must sí o sí- o los parpadelle al estilo pad thai. Recomendamos no abandonar la sala sin probar su recuit de drap con miel ecológica y nueces caramelizadas ni su coca de pan con aceite y sal.

Comer o cenar en el local más canalla de Tribu Woki te costará sobre 20-30 euros.

Detalles




  • Dirección: C/Doctor Dou, 1
  • Horario: L-D 12:00-00:00
  • Teléfono: (+34) 93 461 59 11 // (+34) 629 56 26 94
  • Web: http://www.tribuwoki.com