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Marina Camacho

Ya existe un tipo de Inteligencia Artificial con lo que se le ha otorgado el nombre de gaydars –radares para identificar la orientación sexual de los usuarios– que podría conllevar el perjuicio y la persecución de la comunidad LGBTQ+. Te contamos de dónde sale y cómo se ha conseguido este “hallazgo” tecnológico al más puro estilo Black MirrorF: Eugene Mymrin © Getty Images.

Los autores del estudio aseguran tener la clave para luchar contra algunos estigmas asociados a la comunidad LGBTQ+, pero en realidad dan herramientas para facilitar el abuso hacia esta

En junio de 2023, un grupo de investigadores suizos publicó un estudio que revelaba haber desarrollado un gaydar basado en inteligencia artificial, un modelo con la capacidad de determinar si alguien es homosexual o heterosexual. Los investigadores afirman que, al estudiar la actividad eléctrica del cerebro de los sujetos, el modelo puede detectar esta orientación sexual con una precisión del 83%. Muy bien, pero te respondemos la pregunta que llevas haciéndote desde el principio del artículo: ¿Para qué quieren este tipo de información? Según los autores del estudio, todavía es «de interés científico» descubrir si existen «patrones biológicos que difieran entre personas con diferentes orientaciones sexuales».

En el año 2017 ya hubo una primera investigación que pretendía “detectar” la homosexualidad y, esa vez, examinaba la apariencia física de los sujetos. Este polémico estudio de la Universidad de Stanford analizaba desde la forma de la nariz hasta el tipo de peinado. ¿No os recuerda esto a la pseudociencia de la frenología, que determinaba las tendencias criminales de un hombre según el tamaño de su cráneo? ¿En el año 1800? Obviamente, este estudio se criticó duramente. Pero volvamos al que se ha publicado hace escasos meses…

Rae Walker y Quinlan Shen son algunos de los especialistas en tecnología e IA médica, científicos y sociólogos que también se han llevado las manos a la cabeza y han cuestionado la necesidad de esta investigación. La respuesta del Dr. Sebastian Olbrich, Jefe del Centro de Depresión, Trastornos de Ansiedad y Psicoterapia del Hospital Universitario de Psiquiatría de Zurich y uno de los autores del estudio, es esta: «Al mostrar que la orientación sexual tiene algunos patrones neurofisiológicos asociados, no se puede negar que las diferentes orientaciones sexuales son ‘reales’ y no solo una parte de la imaginación personal que podría revertirse mediante alguna terapia oscura, como se ha hecho en el pasado». Dicho de otra manera, afirma que podría aplacar la idea dañina de que la sexualidad es algo que se puede elegir y, por lo tanto «curar». En principio, todo muy idílico.

¿Pero y qué hay de la privacidad y el posible abuso de esta información personal? Muchos argumentan que contar con una Inteligencia Artificial que detecte la orientación sexual del usuario no solo no beneficia a la comunidad LGBTQ+, sino que su desarrollo, diseño y regulación tampoco la involucra. ¿Qué pensáis vosotrxs?