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Raquel Bueno

Sí, sabemos que a veces salir del centro de la ciudad para ir a comer o a cenar fuera (al menos en aquellos tiempos en que cenar fuera estaba permitido en Barcelona) da cierta pereza. No obstante, hay algunos restaurantes que lo merecen de veras. Uno de ellos es 035 Bar, un encantador local ubicado en el corazón de La Sagrera, en el número 35 de la calle Monlau, que se especializa en vinos naturales –una obsesión de esta casa– y los acompaña con tablas de queso y embutidos de nivel, y unos platillos de escándalo. ¿No te lo crees? Vente con nosotros. F: Todas las imágenes de Raquel Bueno

Abierto en junio de 2017 por un barcelonés y una berlinesa –Ivan y Sandya respectivamente–, este bar de vinos sin igual ofrece un ambiente de lo más acogedor y un servicio extraordinario. Sandya estudió cocina en Alemania y se ha curtido en restaurantes de la capital catalana como el Alkimia, el Oriol Balaguer o el ARTTE; además de trabajar en Sri Lanka por temporadas. Ivan, por otro lado, estudió ingeniería agrónoma y ya hace diez años que se dedica a las salas de restaurantes.

035 Bar. © Raquel Bueno

035 Bar se especializa en vinos naturales y los acompaña con tablas de queso y embutidos de nivel, y unos platillos de escándalo

Con 035 Bar quisieron crear un lugar informal construido alrededor del vino que fuera, a su vez, un espacio para la gente de su alrededor. Un espacio donde celebrar cumpleaños, donde evadirse después de un largo día de trabajo o, simplemente, donde volver a conectar con uno mismo. Ahora, algunos de sus clientes vienen a buscar una botella para llevarse a casa, otros hacen una parada para tomar un aperitivo antes de cenar (o de comer, a falta de cenas en los tiempos que corren) y otros muchos –como una servidora– se quedaban, antes de la pandemia, abriendo botellas y degustando sus suculentos platillos hasta que cerraban (qué tiempos, ¿eh?).

035 Bar. © Raquel Bueno

Con todo, 035 Bar sigue siendo un enclave ideal, a escasos veinte pasos de la singular Plaça de Masadas, para tomarse ese vermut que tanto nos pide el cuerpo un domingo al mediodía, y que mejora aún más, si cabe, al caer la noche con la luz de las velas y sus vinos naturales y de jerez, vermuts, conservas, salazones, charcutería, quesos… A la espera de que vuelvan las cenas, seguiremos yendo –sin ningún tipo de pereza– a este bar de vinos tan especial a comer, y nos quedaremos charlando entre copa y copa hasta que el Gobierno nos lo permita. ¡Salud!

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