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Marina Camacho

Gente ansiosa y freaks del control: ahora ya sí que no hay nada que se pueda dar por hecho, ni siquiera la rotación de la tierra. Sin embargo, que el interior de nuestro planeta haya dejado de moverse es algo que lleva sucediendo desde hace diez años, según una nueva investigación. La noticia que realmente ha revolucionado tanto a científicos como a foros de internet es que este núcleo interno está a punto de revertir su curso y girar en dirección contraria. Te contamos más. F: Fotograma de ‘Don’t look up’, película en la que el planeta se va al traste

Muy interesante, muy curioso y muy de conversación de sobremesa. Pero, ¿en qué nos afectará este cambio? ¿Sabes cuando en las películas rebobinan hechos que ya han sucedido, aparece una imagen de la tierra rotando hacia el lado contrario y todos vuelven al pasado? Pues eso no va a pasar. 

Los científicos Yi Yang y Xiaodong Song instan a no malinterpretar su estudio publicado en Nature Geoscience

Investigadores de la Universidad de Pekín, analizando las ondas sísmicas para un estudio sobre la velocidad del núcleo interno de la Tierra, descubrieron que la actividad sísmica ha cambiado mucho entre el año 1980 y 1990, pero muy poco desde el año 2009. Esto significa, según afirman los científicos Yi Yang y Xiaodong Song en el estudio publicado en Nature Geoscience, que “el núcleo interno ha cesado su rotación en la última década, y puede incluso estar experimentando un retroceso”.     

Recapitulemos y retrocedamos nosotros también, pero a primaria. Cuando hablamos del núcleo interno de la tierra nos referimos a la última de sus cuatro capas, una especie de bola de metal bastante desconocida para nosotrxs y que se cree que tiene el tamaño de Plutón y la temperatura de la superficie solar. Esta canica gigante no se mueve a la misma velocidad que la Tierra, pero hasta la fecha siempre ha ido rotando. No obstante, hay que puntualizar: el frenado de la rotación es en relación al manto, otra de las capas de la Tierra, así que se trata simplemente de una “pausa de la rotación diferencial”. Después de la alarma que ha creado este estudio, ambos científicos han puesto énfasis en esto. 

Sea como sea, que el núcleo interno de la tierra cambie de sentido no tiene por qué ser el fin del mundo. Parece que todo esto no es más que un desequilibrio menor en las fuerzas electromagnéticas y gravitatorias y, de hecho, se registró un suceso similar a principios de la década de los setenta. Por lo tanto, podría consistir en un ciclo que va a suceder cada siete décadas. Nada, que estamos salvadxs del Apocalipsis. Dicho esto, sí que hay algo que a lo mejor te pone los pelos de punta: puede que hayamos sentido los efectos de este retroceso sin ni siquiera saberlo. En la duración de los días, en las oscilaciones del nivel del mar, en las temperaturas… 

Ahora solo nos queda seguir observando este cambio para descubrir cómo afecta a la vida en nuestro planeta. ¿El lado positivo? El núcleo interno de la Tierra es un pelín menos misterioso para nosotrxs.