By

Lo reconocemos. Nos hemos enamorado de Claudia Fontes, de su serie Foreigners y de todo lo que esta artista argentina crea con sus manos. Fontes se mueve entre la frontera del arte, la historia y la naturaleza destilando fragilidad y delicadeza, una conmoción poética para el espectador. Este sábado, lo dedicamos a conocer y sobre todo comprender sus diminutos seres extranjeros.

Con Foreigners pretende desnaturalizar la palabra extranjero y reforzar el compañerismo humano y las conexiones entre los individuos

Claudia Fontes nació en Buenos Aires en 1964 pero desde 2002 reside en Brighton, Inglaterra. Su condición migrante está presente en sus obras, en las que gracias a su propia experiencia vivencial consigue plasmar como nadie, el uso peyorativo y discriminatorio que la sociedad le ha impuesto a la  palabra extranjero.

Foreigners son cuerpos humanos que mutan en formas vegetales. Seres solitarios o en grupos, a menudo abrazados, unificados por superficies porosas de las que se desprenden brazos y piernas. Maternidades por las cuales brotan plantas que crecen y cubren sus cuerpos con una orgánica simplicidad.

Inspirándose en las hierbas, esponjas marinas, piedras naturales y animales que se encuentran en los bosques y campos cerca de su casa en el campo inglés, sus trabajos se asemejan a materiales orgánicos a pesar de estar hechos de porcelana inglesa.

Pequeñas piezas de porcelana del tamaño de su mano para-según la artista- remediar un mal contemporáneo: la preeminencia de la dimensión visual sobre la táctil. Y que en esa hegemonía de lo visual radican muchos de los problemas del mundo tal cual lo conocemos.

En un sentido más amplio, Fontes nos muestra cómo se relacionan los organismos vivos con sistemas biopolíticos más amplios. La serie, es un recordatorio de la afinidad de la naturaleza con la vida humana. Con estas figuras en miniatura, Fontes intenta desnaturalizar la palabra extranjero y simbolizar el compañerismo humano y las conexiones entre los individuos.

Es autora de Reconstrucción del retrato de Pablo Míguez, la escultura del Parque de la Memoria, así como El problema del Caballo. Descúbrela al completo aquí.