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La lata de conservas la patentó un inventor inglés, Peter Durand, allá por 1810. La verdad es que fue todo un acierto que consiguiera idear y producir un objeto que permitiera envasar y conservar alimentos durante un largo período de tiempo, en un formato además muy manejable. Dos siglos después, la artista e ilustradora Kilomba, junto a la inestimable ayuda de su mano derecha, Mireia Azuara, de un modo metafórico -aunque no por ello menos realista- han ‘repatentado’ la genial idea de Durand, fundando Sardinuka: «Una lata de sardinas que funciona como galería de arte, espacio creativo y de producción artística para promover y dar visibilidad al arte local.»

Una «lata de conservas visual» que ha nacido con la voluntad de generar, idear, contener, mostrar y hacer perdurar en el tiempo las obras de artistas emergentes locales. Siempre a través de la incentivación, el asesoramiento, la comunicación y, sobre todo, la oportunidad. De la misma manera que Paul Durand nos facilitó la vida de algún modo, el objetivo de Sardinuka es facilitársela a los artistas emergentes y al público, actuando como selectores de un tipo concreto de línea artística y de conservadores del alimento para el alma que es el arte.
Se entablan diálogos muy diversos al unir unas obras con otras, y a través de la convivencia de los artistas residentes con las alma máter del espacio
El proyecto Sardinuka se articula a través de varios ejes -estudio de creación, galería de arte y comunicación- que confluyen, se entremezclan y se ven materializados en un espacio multidisciplinar donde siempre pasan cosas. En la galería de arte uno puede disfrutar de una programación constante de exposiciones de arte fruto de sus Sardinanas -un open call de artistas bajo una temática concreta- o seleccionadas por el propio equipo de Sardinuka. No obstante, todo el mundo puede sentirse libre de presentar una propuesta expositiva -individual o colectiva (máximo cuatro artistas)- y, si encaja con los criterios artísticos, optar a hacerla realidad. Un funcionamiento abierto y plural que pone a todos los artistas en igualdad de condiciones. Por otro lado, el espacio de creación de Sardinuka es una zona designada para acoger a artistas en residencia, ofreciéndoles un espacio de trabajo, asesoramiento artístico y comunicación, con la posibilidad también de exponer su trabajo en la galería. Para finalizar, en Sardinuka encontramos el estudio de comunicación visual, donde Mireia Azuara y Kilomba unen sus fuerzas para ofrecer servicios de comunicación visual a clientes externos, sean marcas o particulares, adaptándose a las diferentes necesidades.
En Sardinuka ponen un especial énfasis en la naturalización de la compra-venta de arte
Otro punto interesante de Sardinuka es que es un espacio muy vivo. Su programación va mutando, y se entablan diálogos diversos al unirse unas obras con otras, o a través de la convivencia de los artistas residentes con las alma máter, que animan en demasía a dejarse llevar por la creatividad y la experimentación sin complejos. Por ejemplo, ahora mismo se puede disfrutar de la expo Las chicas sólo quieren divertirse de Magdalena Ares compartiendo espacio con los trabajos de los siete artistas que componen la mencionada trastienda de la galería. Cabe resaltar también que desde Sardinuka ponen un especial énfasis en la normalización o naturalización de la compra-venta de arte, que en nuestro país no acaba de asentarse del todo, con propuestas tan interesantes como La Lonja del Arte, donde decoran la galería como una pescadería y organizan una subasta de las obras más frescas, La pesca de la sardinuka donde ambientan la galería como el fondo del mar e invitan a los participantes a pescar ilustraciones originales de la artista Kilomba a un precio de 5€, o su última hazaña orientada a la campaña navideña, #RegalaArte.

Detalles




  • Dirección: Plaça Narcis Oller, 6, Barcelona.
  • Horario: L-J 10:00 a 19:00h | V - 10:00 a 15:00h | S - Si hay evento | D - Cerrado
  • Teléfono: +34 932 80 72 15
  • Tipo: Espacio multidisciplinar
  • Web: http://sardinuka.com/