By
Ariana Díaz Celma

Un smiley ladeado sirve de logo identificativo para el -casi- nuevo restaurante Disfrutar. Lo cierto es que no van nada equivocados, porque resulta casi imposible salir del lugar sin una sonrisa de oreja a oreja al ritmo de un estómago gozón. No es de extrañar que el espacio tenga un padrino como el Compartir de Cadaqués, a cargo de una tríada tan bien avenida como dispuesta a camelar los paladares de los visitantes: Mateu Casañas, Oriol Castro y Eduard Xatruch. No hay pero que confundir términos. Aunque el Disfrutar sí apunta las maneras de su hermano mayor, no pretende ser una réplica del mismo. Te contamos el porqué.

disfrutar 2

 

Aunque sí es cierto que algunos de los platos están pensados para compartir, el cuore del menú está ideado en formato de tapa unitaria. Este detalle exalta la presentación de los platos -todo un logro del lugar- y hace que la experiencia tenga un punto más único. La carta no tiene fallo. Cuenta con dos menús, uno de 70 euros llamado Disfrutar y otro que responde al nombre de Festival -no en vano- de 100 euros, que supone una versión extendida del primero. La bodega, como todo buen restaurante que se precie, va aparte. Pero vayamos al grano, qué platos componen la carta.

Desde su particular aceituna hasta su bocadillo aéreo de atún y aguacate, su carta es un disfrute de principio a fin

Cada una de las referencias de la carta mezcla productos de toda la vida con técnicas vanguardistas de cocina, una colisión que consigue un resultado sobresaliente, no solo al paladar, sino también a la vista. Con esto queremos decir que al Disfrutar no se viene sólo a comer, sino también a experimentar. Avisamos que es misión casi imposible destacar los highlights de cualquiera de los dos menús aunque, si tuviéramos que quedarnos con algunos platos -aquellos que la memoria se resiste a soltar por sorprendentes- deberíamos mencionar, para empezar, el entrante Disfruta de la aceituna que, aunque sí puede estar inspirado por la mítica esferificación de Adrià, tiene personalidad propia. Si seguimos con el menú, nos quedamos también con la Galleta de Idiazábal ahumada con manzana pero, sobre todo, con uno de los platos más sabrosos del ritual: la Yema de huevo crujiente con gelatina de setas. Tampoco tiene desperdicio el Bocadillo aéreo de atún y aguacate, hecho con un pan a modo de merengue aunque en su versión salada. Mientras la presentación de las Anchoas y recuit de drap de almendra con trufa, miel de abeto y piñones es una de las más llamativas de la carta, los Macarrones a la carbonara puede que sean el experimento más gracioso de la misma. Los platillos no dejan de sorprender ni con su culminación más golosa: unos pimientos que resultan ser de chocolate, una lionesa de café y un gracioso intento de tarta al whisky cierran la degustación de lo que sin duda se convertirá en uno de tus nuevos restaurantes favoritos de Barcelona.

El espacio obra de El Equipo Creativo se convierte en el contexto perfecto para una experiencia 10

No podemos terminar el artículo sin mencionar el interiorismo del espacio a cargo de El Equipo Creativo, que ha dado al restaurante un ambiente que intercala con gracia la cerámica y el yeso. Las dos salas que forman el lugar -una primera con barra y otra más amplia bañada por una luz increíble-, están unidas por un pasillo donde se encuentra la cocina del Disfrutar, el corazón de un restaurante en el que se pueden ver trabajando a más de 20 personas.

 

Detalles