El Festival Microfusa cumple 30 años celebrando la música
Hay aniversarios que se sienten especiales. Este martes 27 de mayo, la Sala Apolo se convertirá en el escenario de la 30º edición del Festival Microfusa, un encuentro imprescindible para quienes viven la música de cerca. Pero este festival no es solo una cita marcada en el calendario: es el resultado de tres décadas de compromiso con la creación, la formación y la escena emergente.
Impulsado por mFLive, una plataforma que nace dentro de la escuela dentro de la escuela Microfusa, el festival mucho más que un concierto; es una oportunidad real para que los alumnos puedan poner en práctica lo aprendido. Es una experiencia formativa, profesional y artística a la vez. Una conexión entre lo que pasa en clase y lo que sucede en la escena.
Este año, el cartel refleja el pulso actual de la música urbana en catalán y castellano, y lo hace reuniendo nombres que ya empiezan a sonar en la escena y a abrirse camino. Entre los protagonistas de esta edición tenemos a FLASHY ICE CREAM, grupo pionero en la escena urbana catalana. Con su mezcla de trap, rap, pop y dancehall, han conquistado una audiencia fiel y cerrarán la noche con una fiesta por todo lo alto. Su último álbum, Sempre Joves, vio la luz el pasado 17 de enero.
También hará presencia JULS, una de las voces que ha ido creciendo como la espuma en el panorama actual catalán. Su fusión de pop y música urbana conecta con el público joven. Su nuevo proyecto se presentó este 19 de marzo bajo el nombre de Amb amor. Finalmente, completa este cartel ADMIRE, una artista multidisciplinar que domina el escenario como cantante, productora, compositora, bailarina y actriz. Su propuesta explora sonidos como el dancehall y los afrobeats, rompiendo moldes y trayendo una visión poco habitual en español. Este 23 de mayo ha lanzado Babylon, un teaser de su primer álbum Revelación.
Junto a ellos, también suben al escenario nuevas voces salidas directamente de las aulas de Microfusa: Esgleyes, Soroa y put0dani. Su presencia refuerza el alma del festival: abrir espacio a quien empieza, tender puentes entre generaciones y generar comunidad desde la música.
Además, la dimensión creativa del proyecto no termina en el sonido. La imagen del festival, es decir sus carteles y su estética han sido desarrollada en colaboración con el alumnado de BAU, Centro Universitario de Diseño de Barcelona, dando forma a una identidad visual que nace también del talento joven y que refuerza el cruce entre música, diseño y formación. Una cita imperdible para despedir mayo.
