«Queremos transmitir un mensaje de inclusión, cero discriminación y reflexión». Entrevistamos a Paloma Fernández, Alex Nikolov y Gloria Ferrer de Loom Festival.
Transgresión, vanguardia, diversidad e hibridación. El colectivo Loom ha construido su trayectoria sobre cuatro elementos sumados a la ilusión y el deseo de un grupo de amigos de generar una opción cultural y lúdica que nutra a la Ciudad Condal y situarla «al nivel de otras ciudades europeas en las que cada colectivo y cada oferta cultural lucha por tener su propio espacio.», aporta Alex Nikolov, uno de los primeros impulsores del proyecto. A cinco días del evento, el festival ha hecho prácticamente sold out, como ya sucediera la pasada edición, a la que asistieron más de mil personas.
Gloria Ferrer: La comprensión del arte como una herramienta de aprendizaje se sitúa en un punto central
En su primera andadura Loom Festival, que se estableció como un enclave multidisciplinar que la música, las artes vivas, las instalaciones audiovisuales y tecnología confluyeron en perfecta sintonía. La programación contó con una amalgama de selección de artistas programadas en la que denotaba un ADN próximo a los márgenes sociales. Muestra de ello fue la presencia en la programación del año pasado de colectivos como Hyphen Labs, el Palomar o el Transpecies Society, que tendrá de nuevo presencia en el evento, de la mano de Moon Ribas.
Mantuve una charla larga y animada con Paloma Fernández, Alex Nikolov y Gloria Ferrer, tres de los catorce miembros del «núcleo duro» de Loom. Salen al trasluz temas como los orígenes del colectivo, sus inquietudes vitales, las nuevas formas de gestión cultural, así como sus percepciones en cuanto al entramado cultural de Barcelona o el DIY.
Pregunta: Sois de Barcelona. ¿Cómo surge el colectivo Loom? ¿Cuáles fueron las motivaciones que produjeron el germen de Loom?
Alex: Más que ser de Barcelona, estamos basados aquí. Loom es un colectivo bastante internacional. Todas venimos de diferentes partes del mundo. Somos más de diez nacionalidades, desde Argelia hasta Italia, Bulgaria, Suecia, Ecuador… Hay de todo, ¡hay algunos catalanes también! Las motivaciones para empezar Loom, por un lado fue la necesidad para crear algo con lo que nos sintiéramos identificados en el momento en el que estábamos. Considerábamos que en la escena de Barcelona se podían hacer bastantes cosas que aún no estaban hechas, que el tipo de entretenimiento que había no correspondía a nuestra generación, o a nuestras necesidades. También era una manera de que un grupo de amigos hiciera algo más creativo y encontrar una manera de trabajar juntos.
Gloria: Loom surge de entre un grupo de amigos. Yo de hecho no estuve al principio de todo. Entré un poco más adelante. El festival surgió de las ansias de crear un evento que combinase por un lado eventos más artísticos que encontráramos en un contexto de galería de arte o en un museo -instituciones dentro de la industria del arte- y combinarlo con la fiesta, siempre manteniendo el arte en el plano principal. La comprensión del arte como una herramienta de aprendizaje se sitúa en un punto central. Es la idea de pasárnoslo bien, pero también de aprender cosas, conocer a gente, cosas, ideas… Es un deseo que al final cobra realidad en juntar a gente y hacer cosas, y ver qué puede surgir de ahí. El germen de Loom es la colaboración y las ansias de juntarnos todos y hacer algo interesante y bonito.
P: ¿Cuánta gente formáis parte de Loom? ¿Cuáles son los perfiles del resto integrantes del colectivo?
Paloma Fernández: En esta segunda edición hemos aumentado el equipo y actualmente somos veintisiete integrantes.
A: Los perfiles son muy variados. Al final, en lo que somos buenos es en crear contenido, donde entraría en juego todo el departamento de diseño. Somos perfiles variados, internacionales; todos dentro del ámbito creativo.
G: Va variando, lo cual es algo muy bonito de Loom. Como he dicho antes, la colaboración es algo principal. El hecho de que sea un colectivo igual ya denota esa colaboración. Realmente Loom somos mucha gente; somos unas catorce personas dentro del colectivo y del día a día pero, finalmente, Loom es una red de artistas y creativos jóvenes con las mismas inquietudes y las mismas ansias que tenemos nosotros. En cuanto a perfiles, el grupo es muy variado, realmente; no sólo por los caminos que hemos tomado de manera profesional o académica sino también por el origen, el género, la sexualidad… Es un grupo muy diverso y hay un poco de todo: videógrafos, fotógrafos, diseñadores, periodistas, gente que viene de Humanidades o de Historia del arte… Un poco de todo.
P: Tras vuestra consolidación como colectivo en 2016 obtuvisteis el acceso a una residencia artística en Utopía 126. ¿Cómo fue para vosotres esta experiencia?
A: Al final nos juntamos alrededor de la idea, y el primer punto sólido que obtuvimos fue en esa residencia. Obtuvimos un espacio en el que desarrollarnos y, al final, sin esto habría sido imposible llegar al formato festival al que llegamos. Utopía 126 siempre ha sido un gran apoyo para nosotros y estamos muy agradecidos a ellos. Hasta el día de hoy, siempre nos han mostrado su apoyo, y sin ellos esto no hubiera sido posible.
G: Realmente fue una gran experiencia; por un lado, porque nos dio la posibilidad de tener un espacio en el que trabajar en nuestro día a día. Cuando eres joven, estás empezando y no hay mucho dinero desarrollar según qué actividades puede ser complicado. Y, también porque nos abrió las puertas del espacio de Utopía 126, que es un espacio increíble, precioso e ideal para nuestra propuesta. Ha sido y continúa siendo una gran experiencia y una gran oportunidad para nosotros.
P: ¿Cuáles son el origen y el sentido de Loom Festival?
G: Loom Festival es un festival de arte interdisciplinario que combina instalaciones, performances y música. Y las combina de una manera muy cuidada y que está muy bien pensada para que todo tenga un sentido en su conjunto. Es como una serie artística: se pueden entender las cosas individualmente pero a la vez el nexo entre ellas es muy evidente. Entonces Loom Festival, al fin y al cabo, es una experiencia inmersiva, entrar en otro mundo y explorar por un lado un mundo ficticio de nuestra creación en conjunto con todos los artistas involucrados y por otro lado una exploración de nuestra realidad actual y de nuestra sociedad. Es algo muy importante para nosotros, reflexionar sobre la sociedad actual, sobre los problemas y todo lo que está pasando.
Paloma Fernández: Barcelona es una localización que acepta muy bien cualquier expresión cultural nueva
P: Barcelona cuenta con amplia oferta cultural en la actualidad. ¿Cuál es vuestra percepción de dicho magma creativo y su articulación?
P: Considero que es una localización que acepta muy bien cualquier expresión cultural nueva, por lo que ha sido una ayuda enorme para poder desarrollar nuestra propuesta de LOOM Festival.
A: Barcelona tiene una escena cada vez más interesante, se nutre más y es más variada con festivales como el Mutek, el MIRA, el LAPSUS… Festivales de pequeño formato (dentro de lo que cabe) que hacen que la red cultural de la ciudad sea cada vez más interesante. A la misma vez hay varios colectivos como Voodoo Club, Maricas, Futuroa, Zen55… Al final cada uno tenemos nuestra pequeña misión, pero entre todos estamos aportando a algo mucho más grande: que Barcelona realmente esté al nivel de otras ciudades europeas en las que cada colectivo y cada oferta cultural lucha por tener su propio espacio.
G: Creo que estamos en un momento muy interesante en cuanto a la cultura y todo lo que existe en ella. Por un lado está claro que Barcelona nos nutre y nos ofrece una historia cultural muy importante y también unas ganas de la gente en la ciudad de consumir arte y cultura, es parte como del ADN de Barcelona. Por otro lado, estamos en un momento en que el mundo ha cambiado muchísimo, así como nuestra manera de consumir. No solo productos más funcionales sino también cultura. Estamos como en un traspaso cultural. A las instituciones culturales no les ha dado tiempo aún de adaptarse a esta nueva forma de consumir arte. Eso es muy interesante por un lado porque abre las puertas a hacer mil cosas y a darle la vuelta a todo; y también genera espacio para nuevas propuestas que son necesarias al final para darle vida al arte y para que el arte continúe evolucionando. La cultura es algo que está vivo, no es algo estático. Es algo que evoluciona, que crece, que respira, que vive.
P: Tomáis la sensación de la sinestesia como leitmotiv articulador de la propuesta actual de Loom Festival. ¿Podríais definir las áreas conceptuales del festival?
G: Efectivamente, tomamos la sinestesia como punto de partida en esta edición. Nos pareció un concepto muy interesante porque tiene mucho que ver con la percepción, que es como definimos nuestra realidad. Las distintas áreas conceptuales del festival serían la exploración de la percepción de distintas maneras, sobretodo manteniendo la idea de que la percepción no es singular, sino que se cruza; aunque no seas sinestésico todos hasta cierto punto sentimos de manera sinestésica. Podemos asociar sentidos, asociar un sonido a un color, o una palabra, un olor, o un concepto, o una idea. Se argumenta que de alguna manera el lenguaje es una forma de sinestesia, porque le estás adjuntando un sentido a una serie de sonidos que en sí no significan nada, pero nosotros los cogemos y les damos un significado.
Alex Nikolov: Deberían facilitarse de una manera mucho más dinámica los apoyos y las ayudas institucionales
Por otro lado, como he mencionado con anterioridad, es muy importante para nosotros utilizar el arte como una herramienta de aprendizaje y de reflexión. Es uno de nuestros pilares principales; y también que la gente sea una parte intrínseca de la obra artística, y que cobre sentido en la interactuación entre ambas personas. Yo creo que el arte tiene un poder increíble para movilizar a la gente y hacer sentir a la gente. Los datos y los números son aspectos importantes, pero el arte tiene la capacidad de hacer llegar esa información a la gente de una manera muy directa, que te llega al corazón o al alma, como lo quieras llamar. Por eso es un pilar muy importante para nosotros. No sé si has estado alguna vez en un concierto cuando de repente todo el público es uno, y todo el público se siente unido a pesar de no haber visto a la otra gente nunca. Quizás solo son unos minutos, pero el arte tiene esa capacidad de unir, de movilizar, de hacer pensar, de hacer sentir. Y al final los humanos nos movemos por sentimientos, no por números ni por información. Es muy fácil que te digan que han muerto tantas miles de personas y que te sepa mal, pero realmente no eres consciente de la magnitud del suceso. En cambio, luego escuchas una canción, ves una película o un cuadro, una instalación sobre ese tema, y de repente te transporta a ese dolor y entiendes realmente lo que implica que haya muerto toda esa gente. El arte como una herramienta de cambio social es un concepto muy importante para Loom.
P: En países como el nuestro apenas puede observarse un apoyo por parte de las instituciones públicas al sector cultural. ¿Pensais que serían necesarias unas políticas presupuestarias eficaces destinadas a la cultura? ¿Qué opinión os suscitan las vías de la autogestión y el do it yourself por las que -voluntaria o de manera forzosa- están optando cada vez más creadores/as y gestores/as culturales?
P: Considero que es muy necesario, ya que poder fomentar el desarrollo creativo, sea cual sea, contribuye a un avance en la sociedad.
A: Sinceramente, creo que deja mucho que desear el apoyo por parte de instituciones públicas. El sistema por el que se opera todo sigue siendo muy antiguo, no está para nada adaptado a los tiempos en los que vivimos, que cada vez son más dinámicos, más rápidos y más modernizados. Las maneras en las que puedes optar a una beca son muy limitadas, que cuentan con plazos larguísimos, esperas muy largas, no tienes nada seguro… Al final, para la gente joven, esto directamente no es una opción. No es viable contar con tanto tiempo para esperar, para preparar una oferta de la que al final no tienes ni idea de si tendrás una idea positiva.
El DIY a nosotros nos ha enseñado mucho, pero también es una manera de trabajar bastante exhausitva. El tener que apoyarte todo el rato en todo el resto de opciones por no tener un capital claro desde el principio. Este es un factor que hace que el proyecto vaya mutando mucho. Cada aspecto es un reto, y en el fondo es algo que es el ‘crear’ ahora, ser joven y poder expresarte. No es nada fácil, pero es lo que hay, y lo que nos impulsa a seguir adelante. En definitiva, deberían facilitarse de una manera mucho más dinámica los apoyos y las ayudas.
G: Evidentemente la finaciación pública es algo muy importante en el arte, y desgraciadamente no vivimos en un país que valore excesivamente el arte y la cultura, son de las primeras cosas que se recortan. Por suerte sí que Barcelona y el actual Ayuntamiento regido por Ada Colau le da bastante importancia a la cultura y de hecho hemos recibido su apoyo con una campaña publicitaria.
Gloria Ferrer: Bueno, ¿no me vas a dejar poner mi obra de arte en tu galería? Pues lo pongo en la calle. Y ahí no solo podré exponer mi obra, sino que lo va a poder ver todo el mundo.
Por otro lado, en cuanto a la autogestión y el DIY realmente no es algo nuevo. Tenemos un legado cultural y artístico súper bonito ligado al DIY. Si nos vamos no mucho más atrás, en los 80 en Nueva York y nos fijamos en todos los movimientos que hay ahí, con el arte feminista de las Guerrilla Girls o muchos otros colectivos, que se encuentran en una posición en la que no les dejan entrar en el mundo artístico. No van a exponer sus obras porque se exponen las de hombres blancos heterosexuales. Y entonces a ellas les da igual y quieren crear igualmente. Por un lado ahí, es cuando se coge la performance como forma de arte importante; porque la performance te permite exponer tu arte donde sea. Solo necesitas un espacio, no que alguien te de permiso para colgar tu arte en una galería.
Y no sólo con las feministas, sino en el arte urbano, en plan: «Bueno, ¿no me vas a dejar poner mi obra de arte en tu galería? Pues lo pongo en la calle. Y ahí no solo podré exponer mi obra, sino que lo va a poder ver todo el mundo.» Entonces, realmente el DIY no es algo nuevo. Se ha hecho mucho en el arte y la cultura y es algo necesario. Está muy bien valerse de instituciones que ya existen, que están instauradas y que ya son potentes, pero también es necesario iniciativas propias e independientes; es algo de lo que el arte y la cultura se ha nutrido siempre. El underground siempre empieza mucho DIY y cuando se va instaurando, se va haciendo algo más mainstream. Al final, el DIY es algo muy bonito: es ponerle un par de ovarios y sacarlo para adelante. Es querer ir un poco a tu rollo y decir lo que tu quieres sin tener que depender que otros te digan lo que puedes decir.
P: ¿Qué importancia tiene para vosotres la gestión cultural a favor del derribo del panóptico patriarcal así como determinados estigmas sociales como la LGTBIfobia, el racismo o la xenofobia?
A: Básicamente nosotros somos un colectivo que está a favor de todas las minorías, porque al final la mayoría de los integrantes formamos parte de ellas. O, aunque algunos no lo seamos, es algo que es muy cercano a nosotros. Es súper importante para nosotros poder prestar nuestro apoyo a estas comunidades para formar un espacio libre. Esto es crucial y siempre ha formado parte de nuestra comunidad, y se puede ver reflejado en todo: tanto en la selección artística, como en los integrantes del colectivo, como en el personal que contratamos, incluso y en la forma en la que trabajamos. Este es un aspecto muy importante.
G: Como ya he comentado con anterioridad, para nosotros el arte es una gran herramienta cultural de aprendizaje, reflexión y cambio social. Es muy importante al arte para eso. Tiene una capacidad de moverte y generar sentimientos que igual no sabías ni que existían, y de darte una comprensión de algo que a veces puede ser difícil de entender leyendo un ensayo o un artículo en el periódico. Creo que es algo importante en general en la industria creativa, aunque a veces por desgracia se ponga el dinero por delante de lo social.
P: ¿Qué mensaje pretendéis transmitir y en qué modo influye esta línea discursiva en vuestra curaduría?
P: El mensaje por el que luchamos es la igualdad en cualquier ámbito, conseguir mediante la diversión y el arte poder transmitir mensajes tanto morales como culturales para que nuestro público consiga descubrir o razonar ciertas luchas que existen en la actualidad, y poder tener una visión desde otro punto de vista que no sea tan dictatorial o mediático.
G: Queremos transmitir un mensaje de inclusión, un mensaje de cero discriminación y de reflexión: de no estar atontados en nuestros mundos y en nuestras burbujas. Tenemos mucha suerte de vivir donde vivimos, tenemos libertad, buen tiempo, agua, comida… todo lo que necesitamos para nuestro día a día. A veces es fácil perderse en eso y olvidarse de que hay todo un mundo fuera, y toda una serie de conflictos con los que tenemos que lidiar. Es importante que gente joven que acaba de entrar o está aún incorporándose en el mundo de los adultos -en el mundo profesional -reflexionen sobre esto y sobre qué quieren hacer con su posición a partir de ahora en el lugar que ocupan en el mundo. Queremos reflexionar nosotros y que la gente piense, que la gente se implique, que salga del festival habiendo aprendido algo, habiendo reflexionado, y queriendo saber más. No queremos darle toda la información a la gente, pretendemos generar preguntas.