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Bru Romero

Los clásicos siempre son los clásicos. Se venden solos. Pero solo pensar en darles una vuelta, ejecutar sobre ellos un buen lavado de cara y seguir manteniendo la esencia original puede llegar a convertirse en tarea harto complicada. Si a eso le unimos que su verdadero espíritu radica en que desde los años 70 fue centro neurálgico de la vida cultural de la época y que sus propietarios eran nada más y nada menos que Marisol y Antonio Gades, el nuevo proyecto puede incluso marear. No es lo que ocurre tras la reapertura de Casa Gades, un lugar donde no solo se sigue respirando como siempre sino que sabe mucho mejor.

Un lugar donde se va a comer y a disfrutar comiendo sin más enredos ni superfluos juegos de magia gastronómicos

Localizado en pleno eje teatral en las traseras del Paseo de Recoletos y como homenaje al local primigenio de 1977, Casa Gades vuelve a sentar cátedra en una zona donde otros negocios también icónicos se siguen manteniendo, gracias a la alianza de Ana Blanco y el chef Roberto González.

Un restaurante donde todo es nuevo (desde su taberna de planta baja al bistró de la planta superior) pero donde el recuerdo se mantiene gracias a la férrea apuesta del tándem Blanco-González por el sabor por encima de cualquier otra floritura o técnica culinaria, ofreciendo una esencia que no se olvide y que perdure en el paladar.

Un local tocado por la varita de la interiorista Paula Rosales que le devuelve la luz y el fulgor a esta especie de patio andaluz sofisticado y romántico por donde circula un servicio impecable y unos platos que están a la altura de lo que se espera.

Una carta que juega virtuosa entre el producto de temporada y las vanguardias mejor interpretadas y que sin ser un extenso abanico de opciones nos gana con tan solo saborear los primeros bocados que ya sea con su arroz con manitas y cigalas; cordero con remolacha y ruibarbo; guiso de pulpo con mojo verde; carpaccio de presa ibérica; micuit ahumado con chutney de mango y jalapeños o postres como el delirio de chocolates, donde el dominio del producto y la técnica empleada no se pone en solfa ni un segundo, provocan en el comensal la cómoda sensación de sentirse de nuevo como en casa.

Antonio Gades y Marisol seguro que tienen el corazón muy (pero que muy) contento. No es para menos.

Detalles




  • Dirección: c/Conde de Xiquena, 4
  • Horario: L: 12,00h a 17,00h y M-S: 12,00h a 01,00h
  • Teléfono: 915 31 26 37
  • Tipo: Restaurante