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Ariana Díaz Celma

Extraperlo, una banda siempre favorita en la casa Good2b, acaba de lanzar Chill Aquí (Canada Editorial), un tercer trabajo que suena más disco y funk que nunca, un sonido que sus cinco miembros consiguen generar a base de loops y estribillos repetitivos. El álbum es tan maduro como su predecesor, Delirio Específico, aunque su escucha es, tal y como indica su nombre, mucho más relajada. En medio de su gira de presentación, hemos aprovechado para entrevistarles…

«Chill Aquí es la mezcla entre el nombre ficticio de una marca de una máquina de afeitar alemana y la sensación de estar a gusto»

Detrás del nombre de vuestros discos siempre se esconde una historia. Contadnos, ¿de dónde viene Chill Aquí?

Queríamos hacer un disco con el que la gente se sintiera tranquila y buscábamos hacer un Lp relajado. En parte, el título sale de una canción que empezamos a componer y queríamos que fuera muy rápida y terminó siendo muy lenta. Dijimos que era una canción ‘power chill’. Además, Chill Aquí suena muy bien, es una mezcla entre el nombre ficticio de una marca de una máquina de afeitar alemana y la sensación de estar a gusto en un espacio.

La canción ‘Chill Aquí’ parece que habla precisamente de lo contrario, de irse a otra ciudad porque no estás bien en la que te ha tocado vivir…

Creemos que la ciudad Chill es algo que tú también construyes y queremos que el disco te ayude a crear este espacio propio. Podemos decir que es un Lp de autoayuda. ‘Chill Aquí’, como canción, nos habla de la sensación que tienes cuando quieres irte de la cuidad en la que vives porque no estás bien en ella. En el caso de la letra del tema, este sentimiento se convierte en la excusa perfecta para irte a Berlín. La canción es una reflexión que invita a pensar si cuando te sucede esto es porque no estás bien contigo mismo y por mucho que te mudes seguirás sintiéndote igual o porque realmente te toca irte a otra ciudad.

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Si Desayuno Continental era un disco fresco y sin prejuicios, y Delirio Específico suponía un paso en el proceso de madurez del grupo, Chill Aquí funciona como una especie de crossover de los dos anteriores. Por un lado, es más fácil que vuestro trabajo anterior, por el otro el sonido sigue siendo adulto. ¿Tenéis la misma percepción?

Queríamos volver a buscar una sensación más fresca. Cuando terminamos Delirio Específico nos parecía un disco de bisturí, quizás demasiado sofisticado. Como trabajo es muy interesante, pero no es tan agradable como nuestro primer disco. Chill Aquí está hecho con muchas primeras tomas y a base de loops, desde una perspectiva compositiva. Todas las canciones se pueden escuchar relajadamente, y te vas metiendo en cada tema sin estrés, precisamente gracias a este loop, que se repite y te permite entrar en la música con más calma. Trabajar sobre estas repeticiones es también más fácil, así las canciones no requieren tantos cambios.

«Delirio Específico nos parecía un disco de bisturí y buscábamos una sensación más fresca con Chill Aquí»

¿Es posible que a nivel de producción sea también más sencillo?

La producción del disco anterior la hizo Pablo Díaz (El Guincho), y fue bien porque en ese momento nos apetecía hacer algo más complejo. Para Chill Aquí hemos trabajado con la producción de Aleix Claveria, miembro del grupo, y el resto hemos participado también.

La ilustración de portada está hecha por el artista inglés Jiro Bevis, lo ha mezclado Al Carlson (Ducktails, Part Time, Peaking Lights,…) y lo ha masterizado Joe Lambert en Nueva York. ¿Son esto síntomas de una intención de internacionalización?

En cierta manera sí, queremos ir más para fuera para conseguir un sonido algo distinto. El tema de la ilustración ha sido algo más casual. El ilustrador es amigo de Aleix, buscábamos hacer un collage de los ’70 y nos gustó la propuesta. Es una portada muy masculina, que desprende velocidad con el motorista, y que funciona a modo de juego con el título del disco, Chill Aquí, que transmite calma y todo lo contrario.

«La portada del disco transmite velocidad y masculinidad, al contrario del nombre del mismo, que busca la calma»

Hablando de internacionalización, con el anterior disco girasteis por Sudamérica. ¿Tenéis intención de volver?

Sí, tuvimos muy buena acogida, es un territorio para explotar y queremos volver. Facebook es un buen medidor para saber de dónde vienen nuestros fans y casi la mitad son de América Latina.

¿Qué habéis estado escuchando últimamente? Siendo tantos en el grupo, vuestra discoteca debe influenciar de alguna manera en vuestro proceso creativo…

De todo un poco, desde cantautores italianos como Lucio Battisti u otros más experimentales como James Ferraro, hasta Blood Orange o grupos contemporáneos como Haims o Ducktails. También soft rock de los ’70.

Ser cinco personas en un mismo grupo y escuchar cosas tan diversas, ¿supone a veces un conflicto?

Por supuesto hay discordancias, pero siempre acabamos encontrando un punto medio de acuerdo. Hemos pasado dos años para hacer el disco, en parte porque nuestra forma de componer no es fluida, imaginamos que se debe a que somos muy perfeccionistas.

«El modelo de grupo involucrado en labores discográficas es mucho más actual y real»

Entonces podemos decir que no sois el típico grupo que se inspira e ilumina en un momento dado, sino que sois más de trabajar en conjunto cada tema…

Aquí todo sale por trabajo, no somos los típicos compositores iluminados que miran la luna y se inspiran. Además, queremos hacer algo interesante para el público, no algo que nos sale en cierto momento. ¿A quién podría interesarle esto?

Alba y Borja llevan la Editorial de Canada. Ser vuestro propio sello, ¿tiene más pros o contras?

Lo bueno es que no tenemos presión ni del estudio ni de la discográfica, tenemos independencia como grupo. Lo malo es que acabamos siendo víctimas de nuestro propio deadline, tenemos que ser serios con las fechas que nos autoimponemos. El modelo de grupo involucrado en labores discográficas es mucho más actual y real.

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Vuestros hotspots favoritos son…

Nos movemos mucho por Paseo San Juan. Para comer bien vamos a Chicha Limona (C/Paseo San Juan, 80), el Adonis (C/Bailén, 188) o a la Taberna Viti (Paseo San Juan, 62). Al Snack 55 (Paseo San Juan, 55) vamos a hacer cubos de quintos. Si queremos un fin de fiesta ‘creepy’ vamos al Date Un Capricho (C/Bailén, 151), un local muy decrépito pero divertido. Cuando salimos de ensayar vamos a menudo al chino Kai Xuan (C/Roger de Flor, 74) y el día que queremos darnos un festín a Los Piratas (C/Ausiàs Marc, 157). Para cócteles, nos sigue gustando el Negroni (C/Joan Costa, 46).

Prohibiríais…

La lotería, los departamentos turísticos de alquiler de Airbnb y Uber, que por suerte ya no existe.

Borja: Yo no prohibiría nada, solo algunas cuentas de Twitter.

Nunca pensabais que terminaríais…

Tocando en Estonia.

Para vosotros ser Good2b es…

Estar Chill.

Photos © Cecilia Díaz Betz