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La joven fotógrafa y directora de arte Sam Cannon, crea adictivas visiones del mundo en clave surrealista y formato gif. Su campo base está en la ciudad de Nueva York, de donde es y reside, allí explora este tan novísimo formato que ha cambiado las reglas a la hora de comunicarnos.

A partir de imágenes reales, crea escenas oníricas, fantasiosas y verdaderamente mágicas, que enganchan nuestras retinas

Esta fascinación por el gif, dio comienzo mientras estudiaba, ni la fotografía ni el vídeo acaban de convencerle del todo a la hora de expresarse artísticamente, así que comenzó a trabajar con este formato. Y aunque, así a priori, la creación de gifs parezca muy sencilla, lo cierto es que estas creaciones tienen una compleja preparación y beben mucho de la artesanía. Hay que meditar muy bien las secuencias de imágenes para generar 15 segundos de bucle infinito y que quede redondo. 

No obstante, además de por la adicción que el propio formato gif genera en el espectador -uno se queda embobado mirando sin poder levantar la vista de la pantalla- el trabajo de Sam Cannon destaca por su claras referencias al surrealismo. A partir de imágenes reales crea escenas oníricas, fantasiosas y verdaderamente mágicas, que engancha, todavía más si cabe, nuestras retinas. Sus temáticas preferidas versan sonbre el cuerpo femenino, el concepto del tiempo y la manipulación digital de la imagen. Como ella misma explicaba en una entrevista para It’s Nice That: «Utilizo mi trabajo personal como una manera de explorar nuevos desafíos e ideas, tanto técnica como conceptualmente».

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