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Se cumplen cuarenta años del nacimiento del punk, y su impacto aún se deja notar en la producción cultural actual, y sobre todo, de forma más notable en las artes visuales.

Más allá de la música, el punk generó un fuerte código estilístico en el plano visual

En Oh So Pretty: Punk In Print 1976 – 80, publicado por Phaidon, quedan recogidos 500 objetos pertenecientes a la impresionante colección personal de Toby Mott, quien vivió su juventud en el Londres de los ’70, pleno epicentro de la subcultura Punk. Desde entonces, se ha dedicado a coleccionar material como chapas, flyers, pósters o fanzines que obtenía de tiendas de discos y conciertos.

Este interesantísimo documento, nos transporta, por tanto, a la decadente Gran Bretaña de los años ’70. Una época convulsa en la que los gobiernos conservadores azotaban a las clases más desfavorecidas, y en la que la juventud no podía conectar más con la música de grandes grupos de rock que llenaban estadios, con el estilo de vida consumista, ni con el sentir de las generaciones previas. Más allá de la música, el punk generó un fuerte código estilístico en el plano visual, caracterizado por su crudeza, inmediatez y desdén hacia el preciosismo.

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Muchas de los creaciones originales incluidas en Oh So Pretty: Punk In Print 1976 – 80, fueron elaboradas con tecnologías sencillas y baratas, en un alarde de autosuficiencia e independencia que supondría el germen de la cultura DIY. De esta forma, el libro nos propone un deleite visual a través sus numerosas imágenes en las que predomina la estética hand-made, los recortes imprecisos e irregulares, los collages y las fotocopias.

Aquí a continuación os dejamos una playlist con los grupos más emblemáticos y representativos de aquella época para que os vayáis poniendo a tono.