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Raquel Bueno

Cantabria es una de esas tierras que se embellece con la lluvia, la niebla y la humedad. Un paraíso de profundo color verde cuya temperatura a principios de otoño es como una bocanada de aire fresco, que ofrece planes y paisajes para –literalmente– todos los gustos y colores, y es siempre un lujo para el paladar. Olas gigantes y anchoas de Santoña. Playas paradisíacas y cocido. Atardeceres de ensueño y sobaos para desayunar. El mar y la buena mesa confluyen en Cantabria como en pocos rincones del mundo, y descubrir sus secretos es algo que merece hacerse, como mínimo, una vez en la vida. Aquí, tres razones para no perderse una visita a esta tierra privilegiada del norte de España. F: Todas las imágenes de Raquel Bueno

Por las playas y el surf

Esta comunidad histórica que limita al norte con el mar Cantábrico ofrece olas de ensueño para todos los gustos y niveles

Que el surf es uno de los principales atractivos de las tierras cántabras no es ningún secreto. Y es que esta comunidad histórica que limita al norte con el mar Cantábrico ofrece olas de ensueño para todos los gustos y niveles. Si estás empezando, la Playa de Somo es un excelente lugar para hacerlo. Con fondo de arena, una mar necesaria media, viento óptimo de S, SE, E, NE y olas que van de 1 a 2 metros, requiere un nivel de experiencia bajo-medio, es ideal para principiantes y puede accederse desde Santander en un servicio de lanchas.

La Escuela Cántabra de Surf, la escuela de surf nº 1 de España situada a dos pasos de dicha playa, será tu aliada perfecta para aprender con los mejores. Otras buenas opciones para los que están empezando son la Playa de Merón, situada a apenas 3 km de San Vicente de la Barquera, en la costa occidental de Cantabria, que se encuentra en el Parque Natural de Oyambre y cuenta con olas de 1 metro; y la Playa de Berria, en Santoña, con olas variables de 1 a 1,5 metros. 

Si tu nivel es medio-alto, las Playas del Sardinero son tu go-to. Situadas en el núcleo urbano de Santander, estas dos playas son de las más representativas de Cantabria y cuentan con una afluencia de surfistas durante todo el año. Con fondo de arena, una mar necesaria fuerte, viento óptimo de S, SO, NO y olas de 1 a 1,5 metros. Si tu nivel es alto apuesta por la Playa de los Locos, con fondo de arena, mar necesaria media, viento óptimo de S, SE y NE y olas de 1 hasta 2 metros. Situada bajo un espectacular acantilado, esta playa ubicada en Suances es uno de los mejores rincones para practicar surf en España. 

Si tu nivel es muy alto, tu playa es la Playa Canallave, ubicada en el Parque Natural de las Dunas de Liencres; con fondo de arena, poca mar necesaria, viento óptimo de S, SE y NE y olas de 1 a 1,5 metros. ¿Eres experto? La tuya es la Playa de Isla Santa Marina, con fondo de rocas, mar necesaria muy fuerte, viento óptimo de NE y E y olas largas y potentes de 1,5 a 5 metros. Eso sí, es obligatoria la tabla y el invento adecuado para surfear en esta pequeña isla de 18 hectáreas –la más grande de Cantabria–, que se encuentra justo frente a la costa de Loredo y es un rincón paradisíaco, sin construcciones. Una isla llana bordeada de acantilados que cuenta con una playa cuyo oleaje ha robado el corazón de un buen número de surfistas. 

¿Y para los que no han venido a surfear? No temáis, que también hay para vosotros. La Playa de los Locos, en Suances, dispone de un pequeño mirador donde observar sus espectaculares vistas –que personalmente, me recuerdan a alguna que otra playa de la isla de Bali en Indonesia–, y cuenta la leyenda que sus puestas de sol son despampanantes. Su arena fina y sus aguas cristalinas son algunos de los reclamos de este rincón al que se accede a través de unas largas escaleras. 

Pero hay más y, si eres de esas personas que como yo viven con la cámara colgada del hombro, no puedes perderte de ninguna de las maneras el Parque Natural de las Dunas de Liencres, hogar de la susodicha Playa de Canallave –con unos atardeceres de postal– y de la también espectacular Playa de Valdearenas. Prácticamente un retiro espiritual.

Por la gastronomía

La gastronomía cántabra es la combinación perfecta entre mar, montaña y huerto. ¿Y dónde la probamos? Sin duda alguna, en el restaurante El Remedio

La gastronomía cántabra es la combinación perfecta entre mar, montaña y huerto. Sus preciadas anchoas, su cocido lebaniego o platos con tanta solera como su olla ferroviaria, con una peculiar historia a sus espaldas, son solo algunos ejemplos de lo que se cuece en Cantabria. Dulces como los sobaos, las quesadas y platos tradicionales como la carne de tudanca y propuestas de verano entre las que encontramos la popular marmita de bonito, demuestran que el recetario tradicional sigue siendo la mejor carta de presentación de una comunidad que tiene mucho más que paisajes de ensueño, playas espectaculares y pintorescos pueblecitos. 

Sus almejas a la marinera quitan el hipo, su sopa de pescado es perfecta para cualquier ocasión, cuenta con delicatessen como sus angulas a la cazuela y platos todoterreno como la merluza en salsa verde. Ofrece quesos deliciosos, pescados frescos, unos interesantes vinos (algunos de ellos naturales) y todo un universo de olores, sabores y texturas, de recetas de ahora y de siempre, que nos invitan a comernos Cantabria bocado a bocado. 

¿Y dónde lo probamos? Sin duda alguna, en el restaurante El Remedio, en Ruiloba. Situado en un enclave espectacular y lleno de armonía, rodeado de un enorme prado teñido de color verde intenso que se asoma a los acantilados del Cantábrico en lo que acaba por conformar un paisaje demoledor, se ubica justo en frente de la Ermita del Remedio, una pequeña y encantadora iglesia del siglo XIX (de ahí que sea ideal para celebrar bodas), y constituye un refugio de lo más acogedor que ofrece platos de alta cocina muy trabajados y basados en la cocina tradicional cántabra. Imprescindible probar su ensalada de espinacas, avellanas, uvas y queso de oveja; sus croquetas de gorgonzola; su ensalada caprese con mozzarella de búfala, tomates confitados, olivas negras, cebolla roja encurtida y rabanitos; sus fritos de rabo de toro con salsa barbacoa casera; sus rabas de calamar fresco con compota de limón de Ruiloba y jengibre; su foie gras con brioche; y sus impresionantes carnes y pescados. Pura poesía. 

Si prefieres no moverte de la capital, apuesta por el restaurante Umma en Santander, con el sello de calidad del chef Miguel Ángel Rodríguez Gancedo, que ha pasado por algunas de las mejores cocinas de España y del mundo: La Ermita en Toledo, Mugaritz y Zuberoa en San Sebastián, el Celler de Can Roca en Girona y el restaurante Noma, de Copenhague. ¿Lo mejor? Su carta de vinos, seleccionados por toda la región, que rotan cual materias primas vivas en función de las estaciones y hacen perfecta simbiosis con su cocina. Ya sean naturales, ecológicos, biodinámicos…

Por la cultura

Admirar el Centro Botín, junto a sus vistas, es un ejercicio casi obligatorio en cualquier visita que se precie a Santander

Es imposible dejar Cantabria sin visitar el Centro Botín de Santander. El centro de arte, diseñado por el prestigioso arquitecto y premio Pritzker Renzo Piano –más conocido por haber diseñado junto a Richard Rogers el Centro Georges Pompidou de París–, está situado en un enclave privilegiado de la capital. Mediante una intervención urbana más amplia, Piano consigue integrar el centro de la ciudad y los históricos Jardines de Pereda con su bahía. Situado en voladizo sobre el mar, el edificio no toca tierra, está suspendido sobre pilares y columnas a la altura de las copas de los árboles de los Jardines, actuando a su vez a modo de muelle sobre el mar. Esta elevación, según la propia entidad, permite el paso de la luz y posibilita las vistas a la bahía, en una integración completa con el entorno. Admirarlo, junto a sus vistas, es un ejercicio casi obligatorio en cualquier visita que se precie a Santander.  

¿Pero no habíamos venido aquí a comer anchoas? Pues también, y se dice que las mejores son las de la villa marinera de Santoña; concretamente las del Grupo Consorcio, que se remonta al año 1950 y en la actualidad está presente en más de 40 países. En Santander Foodies puedes realizar su Taller de Elaboración de Anchoa para aprender el arte de la confección de este codiciado producto gastronómico y, ya de paso, aprovechar para degustar unas cuantas. 

¿Convencido? Si no quieres perder la oportunidad de conocer la maravillosa comunidad de Cantabria en todo su esplendor, Vueling dispone de vuelos directos a su capital desde 18€. 3, 2, 1… go!