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Ariana Díaz Celma

Hasta hace pocos meses, la oferta gastronómica de la Sagrada Familia oscilaba entre la patraña guiri, el bar Manolo trasnochado y las cadenas que clonan su modelo de Shanghái a Arizona previa parada en Dubái. Solo el templo expiatorio de Antoni Gaudí nos da alguna que otra pista sobre la ciudad en la que nos encontramos. Eso, y la reciente apertura de Casa Madre, que factura cocina honesta en un barrio falto de propuestas con alma y tradición. F: © Alex Froloff, cortesía de Casa Madre

Leo Chechelnitskiy, creador del Sasha Bar 1969 y el Babula Bar, es el responsable de Casa Madre

El artífice de tan necesario invento no es otro que un viejo conocido, Leo Chechelnitskiy, al que venimos siguiendo la pista con ganas tras la apertura del Sasha Bar 1969 en Poblesec en 2014 y el Babula Bar en 2019 en el Eixample. Para esta nueva aventura, en la que coloniza un nuevo barrio con éxito, se inspira en el primer local en el que trabajó junto a su madre –de ahí el nombre– y se alía con el chef Pol Bigorra, que da vida a platillos de tradición y sabor.

Casa Madre reinterpreta así el interiorismo del Interpala, el local que la mamá de Leo abrió en 1994 y donde tantas tapas se sirvieron hasta abril de este año, momento en el que abrió el nuevo restaurante. Un lugar que, como manda la dogma Chechelnitskiy, prioriza la materia prima y los guisos bien cocinados, en un ambiente cercano que rebosa honestidad.

© Alex Froloff, cortesía de Casa Madre

Casa Madre prioriza la materia prima y los guisos bien cocinados en un ambiente cercano que rebosa honestidad

Los platos que sirve Casa Madre son el fiel recuerdo de la infancia de Leo y del barrio en el que nació, un compendio de hasta 20 platillos que van del clásico tapeo como las patatas baby con salsa brava, los calamares a la romana, las anchoas del Cantábrico 000, el jamón ibérico o la sabrosa croqueta de pollo con mayonesa de trufa; a otros guisos más lentos como el rabo de ternera tradicional al vino tinto, el bacalao a la donostiarra, la picaña de vaca vieja madurada con setas y bechamel trufada o unas suculentas albóndigas de ternera en cazuelita. Especial mención para sus arroces también, ya sea el excéntrico y divertido socarrat de quinoa con verduritas de temporada o el más clásico pero super recomendable arroz del senyoret.

Aquellos que conozcan a Leo sabrán que una carta como la que se presenta en Casa Madre tiene que maridarse con otra de cócteles, tal y como sucede en sus otros locales. La coctelería clásica se entremezcla con la de autor a través de 14 opciones. Obviamente, los más clásicos podrán también consultar sus vermuts y vinos, hasta 20 referencias nacionales e internacionales de blancos, tintos y espumosos de acotada relación calidad-precio. Comer o cenar en Casa Madre te costará alrededor de 35€/pax, una ganga si tenemos en cuenta que las magníficas vistas de la Sagrada Familia son regalo de la casa si te sitúas en su agradable terraza.

© Alex Froloff, cortesía de Casa Madre

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