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Paula Benítez

“La belleza es lo que me mueve, y después la inteligencia”, confesaba Ricardo Bofill en la serie In Residence de Nowness. El arquitecto barcelonés, que falleció el pasado viernes 14 de enero a los 82 años de edad, desplegó a lo largo de su carrera, y junto a su firma Ricardo Bofill Taller de Arquitectura (RBTA), un auténtico y espléndido legado de arquitectura formado por más de un millar de obras repartidas por todo el globo en las que, precisamente, belleza e inteligencia convergen de manera evidente. F: La residencia privada de Ricardo Bofill, parte de La Fábrica. RBTA 

Los colores vibrantes, las estructuras sólidas, los volúmenes y la geometría han definido el particular estilo de Bofill, convertido en icono del postmodernismo

El uso de colores vibrantes y estructuras sólidas, junto a la combinación de volúmenes y la geometría, han definido con el paso del tiempo y la suma de proyectos el particular estilo de Bofill, convertido en icono del postmodernismo. Todos esos rasgos están presentes de alguna manera en todas y cada una de las obras que el arquitecto proyectó junto a su colectivo/estudio multidisciplinar, el prestigioso Ricardo Bofill Taller de Arquitectos, que fundó en 1963 tras ser expulsado de la Escuela de Arquitectura de Barcelona (ETSAB) por antifranquista.

En menos de diez años, el arquitecto ya había marcado el mapa nacional con obras repartidas por todo el territorio, entre ellas el mítico Walden 7 en Barcelona y Xanadú y La Muralla Roja en Calpe. Pero pronto Barcelona y España se quedaron pequeñas para un arquitecto tan grande. Bofill se transformó en un arquitecto nómada y viajó por todo el globo construyendo poco a poco un legado que incluye desde viviendas sociales y residencias privadas hasta oficinas y hoteles como el W Barcelona, pasando por jardines, parques e infraestructuras de gran envergadura como la Terminal 1 del Aeropuerto de Barcelona, el Aeropuerto de Qingdao o el nuevo Camp Nou. Rememoramos hoy cinco de sus obras más singulares e inolvidables en España:

1. El Castillo de Kafka

El Castillo de Kafka. © RBTA

El Castillo de Kafka (1968), un complejo de apartamentos ubicado en Sant Pere de Ribes (Cataluña), fue uno de los primeros proyectos que posicionó a Bofill y su estudio en el panorama internacional. La obra fue resultado del entusiasmo por la experimentación con la geometría y sus posibilidades del Taller de Arquitectura y, en efecto, su nombre rinde homenaje al autor Franz Kafka.

2. El Walden 7 

El imponente edificio Walden 7. © RBTA

El Walden 7 (1975) es probablemente una de las obras más icónicas de Bofill y la que menos presentación necesite. El edificio, un proyecto de vivienda social, trató de proporcionar una solución a los problemas que plantean las ciudades actuales, donde existe una falta de sentido de comunidad. Lo logró gracias a un complejo sistema de puentes y balcones en diferentes niveles y patios comunitarios convertidos en pequeñas plazas. Este es, además, uno de los edificios más especiales en su obra, ya que a través de este proyecto logró implementar con éxito una vieja ambición: la realización del trabajo de investigación realizado para otros proyectos anteriores.

3. La Muralla Roja

El complejo de apartamentos La Muralla Roja, en Calpe. © RBTA

Rara es la persona que no se haya cruzado en algún momento con una fotografia de La Muralla Roja (1973). Este icónico y laberíntico edificio de apartamentos con vistas al Mediterráneo, ubicado en la costa alicantina, es una clara referencia a la arquitectura popular del árabe mediterráneo. Con este proyecto, RBTA quiso romper la división posrenacentista entre espacios públicos y privados, reinterpretando la tradición mediterránea de las Kasbah, las típicas medinas árabes. 

4. El Xanadú

El edificio Xanadú, en Calpe. © RBTA

Poco antes de alzarse La Muralla Roja, el estudio proyectó Xanadú (1971), otro edificio de apartamentos –vecino del primero– cuya forma recuerda a una fortaleza moderna e irregular compuesta de cubos. Una de las curiosidades de este proyecto es que no se dibujaron planos ni elevaciones durante la construcción, y cada apartamento se diseñó en función de la orientación, de las necesidades de luz, de la privacidad y otros factores clave de toda vivienda. 

5. La Fábrica

Una de las salas de la residencia privada de Bofill en el interior de La Fábrica. © RBTA

Seducido por las contradicciones y la ambigüedad de esta enorme fábrica de cemento abandonada –con sus enormes salas de máquinas, chimenea y galerías subterráneas incluidas– el Taller de Arquitectura de Bofill decidió hacer de este edificio una obra de arte. La Fábrica (1973-1975) no solo se convirtió en la sede de la firma, también en la residencia privada de Bofill: un auténtico oasis donde dar rienda suelta a la imaginación y proyectar ese gran legado que nos ha dejado tras más de cincuenta años de brillante carrera.