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La artista textil con sede en Filadelfia, Maggie Casey, crea extraordinarios tapices independientes y construcciones arquitectónicas, tomando materiales como cuerdas, seda y yeso y elevándolos a nuevas alturas. El resultado no puede gustarnos más: escaleras suspendidas en el aire, marañas de fibras cual cúmulo de pensamientos que se enredan o esculturas de yeso de colores pastel como cuevas en las que adentrarnos para dormir una siesta. 

La fascinación de la artista por la fibra y por la cuerda se basa en su experiencia en el tejido, la costura y la creación de patrones

La fascinación de la artista por la fibra y por la cuerda se basa en su experiencia en el tejido, la costura y la creación de patrones, que es en realidad su especialidad. Casey aprovecha estos materiales para crear instalaciones que dan la percepción de un momento congelado en el tiempo. Sus obras van desde instalaciones de salas hasta proyectos y esculturas más pequeños. Las piezas más grandes con estas Escaleras: una escalera ascendente en una cancha de pelota abandonada hecha de fibra monofilamento, cuerdas y grapas; y Skim: una masa flotante de muchas cortinas de cuentas anudadas juntas y sostenidas por cables invisibles.

También tiene obras más pequeñas como Breaker; un molde de yeso pintado como una caverna abstracto, colgaduras de tela de colores o Cloud; una nube delicadamente colgante hecha de organza de seda, sostenida por hilo, tachuelas de cobre y madera.

Todas ellas invitan a la reflexión, al silencio y al detenimiento necesario para observar bien, parándonos a analizar el detalle. Maggie Casey es un ejemplo claro de cómo la experimentación con tejidos y texturas puede conducir a nuevas prácticas artísticas.

Puedes seguila de cerca y conocer todo su trabajo aquí.