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Cada objeto que nos rodea contiene una historia sorprendente. Esa parece ser la máxima de Mauricio Alejo, el artista que se dedica a crear imágenes de pura extrañeza a partir de elementos corrientes y molientes. Que si gelatina, que si pan de molde, papel higiénico o cinta adhesiva, da igual, la cosa es que con muy poco, Alejo sabe decir mucho. Imaginación al poder y posmodernismo en ristre, hace de sus fotografías toda una apología, un símbolo de rebelión contra lo preconcebido. ¡Es que tenemos que asombrarnos más!

El resultado es una metáfora que se estira en todas las direcciones y acciona el botón de la pura absurdidad

Las composiciones que crea Mauricio se cargan el automatismo de nuestra mirada, tomando objetos que responden a una funcionalidad concreta y subvirtiéndola. El efecto es tan divertido como chocante. Vas a tener que mirar sus imágenes más de una vez. Pestañearás, fruncirás el ceño y te preguntarás un «qué narices ha pasado aquí». Pero, maldita sea la intriga, no puedes dejar de mirar.

Muchos de sus trabajos compositivos responden simplemente a una primera intuición que el artista ha dejado cabalgar locamente. El resultado es una metáfora viva que se estira en todas las direcciones y acciona el botón de la pura absurdidad. La simbología de los objetos se distorsiona a partir de un sagaz juego compositivo, donde el espacio, el tiempo, la materialidad y la fuerza física logran romper los moldes de lo esperado. La violencia, muchas veces más explícita que implícita, es una especie de desafío a la idiosincrasia. Mauricio no se conforma con experimentar el mundo tal y como nos lo ponen delante, él va más allá: coge la lógica y se lía a bofetadas con ella.

Salvando la confusión, ¿no te encanta que te sorprendan? ¿No eres fan de lo inesperado? Nosotros sí. Sigue tu batalla contra la perplejidad en la web de Alejo, que no tiene precio. Si en cambio quieres más ideas rompedoras y frescas para seguir huyendo de la lógica, la arquitectura de Emily Forgot te va a conquistar.