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Raquel Bueno

Nacida en Vladimir, Russia, Ekaterina Popova se trasladó a los Estados Unidos cuando aún era una adolescente, en 2001. La pintura, al principio, se convirtió en su forma de lidiar con su nueva situación; más tarde le serviría para licenciarse en Bellas Artes en la Universidad de Kutztown de Pensilvania. Con base en dicho estado, sus trabajos –íntimos, seguros y románticos– han sido expuestos a nivel nacional en múltiples ocasiones y aparecido en las páginas de varias publicaciones especializadas. Ekaterina, sin embargo, recurre al arte como un medio de escape. F: © Ekaterina Popova

Influenciada por Pierre Bonnard, Édouard Vuillard, Henri Matisse y Mary Cassatt, Popova se inspira también en los artistas impresionistas

Influenciada por mitos de la historia del arte como Pierre Bonnard, Édouard Vuillard, Henri Matisse y Mary Cassatt, la artista rusa se inspira también en los artistas impresionistas. Colores, emociones, relaciones, flores y texturas impulsan también su práctica a nivel visual, junto a pequeños acontecimientos cotidianos que aparentemente carecen de importancia. “Mantengo la mente abierta y trato de prestar atención a mi entorno”, afirma Popova a la revista It’s Nice That. Y añade: “Nunca se sabe cuándo puede llegar la inspiración”.

Resting Place, de Ekaterina Popova. © Ekaterina Popova

La artista suele trabajar en varias obras de forma simultánea, y salta de pintura en pintura para evitar la frustración. Sirviéndose de la pintura al óleo o de la acrílica, nunca viaja sin un cuaderno de acuarela para sus bocetos, especialmente cuando visita la casa de algún amigo y corre el riesgo de tropezarse con una habitación que llame su atención. No obstante, su plan nunca fue pintar dormitorios. Con el tiempo, sin embargo, empezó a pintar su apartamento, las habitaciones de sus amigos y otros espacios interiores que, según descubrió, le transmitían las emociones que buscaba.

Los dormitorios se convirtieron en una temática recurrente para Ekaterina, porque el concepto en sí “implica intimidad, sensualidad, refugio, seguridad y experiencias románticas”, explica la artista a susodicha publicación. “En última instancia, mi trabajo trata sobre sentimientos que son difíciles de describir con palabras”, añade. Por suerte, siempre nos quedará el arte para comunicar aquello que trasciende a ellas.

The Visit, de Ekaterina Popova. © Ekaterina Popova