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Paula Benítez

Barcelona ya puede hacer bandera de tener en sus calles el primer museo del skate de España. Entre máquinas recreativas, radio cassettes y otras reliquias retro de los 80s y 90s se agrupan cerca de un millar de monopatines que Sören Manzoni –su creador, más conocido por crear la icónica fiesta Nasty Mondays en el Apolo– ha coleccionado hasta llenar el local ubicado en el barrio de Poblenou. Esto es un llamamiento a visitar Manzoni’s Garage, a toda costa. F: Cortesía de Manzoni’s Garage

Los 200m2 del local que ocupa Manzoni’s Garage están atiborrados de elementos representativos de la cultura del surf y el skate de los 80s y 90s

Borra de la mente la idea de salas minimalistas con paredes blancas, porque más que un museo al uso, se podría decir que Manzoni’s Garage es un gran cuarto de juegos en el que muchos niños de los 80s y 90s hubieran querido entrar. Para ser exactas, el espacio cuenta con todo lo que puede soñar alguien que lleva por bandera “el arte de no perder nunca la ilusión”, que dice Sören Manzoni. Él es la mente detrás de este original rincón que, gracias a una suerte de síndrome de Diógenes vintage, ha convertido este nuevo espacio en un templo de peregrinaje para los que no olvidan de dónde vienen. “Es un museo a mi manera, sin ningún tipo de ayuda de nadie, sólo de algunas donaciones de amigos”, explica Manzoni.

El interior de Manzoni’s Garage. © Manzoni’s Garage

Sören Manzoni: “Me gusta compartir con los niños y sus familias la juventud que vivimos cuando el monopatín era un juguete y no existían los skateparks”

Los 200 m2 del local que ocupa Manzoni’s Garage están atiborrados de elementos representativos de la cultura del surf y del skate: 1.000 monopatines, más de 150 radio cassettes, infinidad de pinballs de edición limitada, más de un centenar de lunchboxes y motos antológicas… Y muchos otros tesoros. Aún con tanto, es imposible no fijarse en una gigantesca cruz de casi dos metros de alto por dos de ancho de radio cassettes, que se ha convertido en el set donde todos quieren hacerse la foto. Una de las joyas de esta escultura es el famoso modelo Disco Light del videoclip de Madonna Hang Up

Algunas de las máquinas recreativas que colecciona Manzoni. © Manzoni’s Garage

También se podría decir que no es un museo al uso, porque es exclusivamente Sören quien se ocupa de guiar a los visitantes a través de su particular museo. Cada visita es una oportunidad única -y muy especial- para conocer la historia urbana a través de estos objetos, desde la cercanía y pasión de un nostálgico como Manzoni. “Me gusta compartir con los niños y sus familias la juventud que vivimos cuando el monopatín era un juguete y no existían los skateparks”, defiende.

Esta Fábrica de Chocolate para adultos no es un sitio público, por lo que el acceso pasa directamente a través de Sören, a quién puedes contactar a través de Instagram (ya te hemos avisado de que no es un museo al uso). Se dice que con suerte, y de un modo totalmente informal, uno puede encontrarse con Loquillo, Dani León o Aritz Aranburu. No nos hacemos responsables de las ganas que tengas ya de visitarlo. 

La escultura en forma de cruz de radio cassettes. © Manzoni’s Garage