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Ariana Díaz Celma

Hace solo 15 años pasear por la Carretera Miramar solo era posible sobre cuatro ruedas y con el seguro del coche echado. Ahora, esta y otras zonas de Montjuïc se han convertido no solo en espacios transitables y seguros, sino también en un escenario gastronómico ya ilustres en la ciudad. Nos referimos a la Terraza Martínez, que lleva más de una década sirviendo los arroces más sabrosos de la ciudad en el número 38 de dicha vía, en medio de la montaña y naturaleza, en un paraje único. Además de lo que se sirve en mesa, lo mejor de este chiringuito son las vistas, que solo se pagan con la propina del ticket.

El restaurante se postula como una de las apuestas más firmes de la ciudad

Diez años han servido a la Terraza Martínez no solo para convertirse en uno de los restaurantes más carismáticos y pintorescos de la Ciudad Condal, sino también para acumular platillos y arroces que son ya clásicos de una carta consistente, sabrosa y que es fiel reflejo de la cultura mediterránea y las posibillidades que sus productos rinden en mesa y paladar. De hecho, la propuesta del Martínez -como se le conoce comúnmente entre los habituales del lugar- es tan sólida que en esta última década ni una coma se ha tocado del concepto. Solo el mobiliario se ha visto modificado, siempre para mejorar la experiencia y comodidad del comensal.

Obviamente, la carta viene marcada por los clásicos para compartir, que se pueden ir escogiendo mientras se toma el trago de un vermut y una ración de pan de coca de Cal Mossén con tomate del colgar rallado. Lo más probable es que la selección incluya la rusa con ventresca de atún, las sabrosas croquetas de jamón de bellota, las infalibles anchoas de Santoña o unas ostras de Normandía. La experiencia apuesta por seguir con un buen vino de proximidad y entrantes como el steak tartar de vaca vieja con yema de huevo ahumada, los calamares a la andaluza con pimientos del padrón al alioli o alguno de los platos de temporada, como las zamburiñas con papada ibérica y romesco.

Una de sus especialidades es el arroz de langosta al estilo Formentera

Esta retahíla de platillos se convierten en el preámbulo perfecto para dar paso a los arroces, el plato fuerte del lugar. El Martínez de conejo y pollo -su particular versión de la paella valenciana- o el del Senyoret de toda la vida con buenas opciones, aunque los aventurados se pueden atrevir con una de las especialidades de la casa: el arroz de langosta al estilo Formentera, con su salteado de patatas, pimientos y huevos fritos. El manjar llega a su culmen con postres como su banana split o el mini brazo (de gitano) Martínez, que te harán bajar Montjuïc rodando de felicidad.

Los indecisos también lo tienen fácil en una de las mejores terrazas de la ciudad, ya que el Martínez propone una fórmula que incluye entrantes para compartir, un principal y un postre por 59€.

Diez años de vida no han cambiado ni un ápice el espíritu del Martínez, un viaje a los confines de Barcelona que se convierte en una experiencia en ella misma, un espacio abandonado al jolgorio en la ciudad pero que a la vez te hace sentir como si ya no estuvieras en ella. Una década que solo le ha servido para deshacerse de los manteles que vestían el local hasta el momento y cambiar el mobiliario con materiales nobles para vestir este chiringuito de etiqueta abanderado del hedonismo en la ciudad.

Comer o cenar en la Terraza Martínez te costará a partir de 70€, siempre dependiendo del apetito, la sed y los cócteles con los que decidas acompañar la sobremesa.

Detalles




  • Dirección: Carretera de Miramar, 38
  • Horario: L-D 13:00-00:00 (la cocina funciona de 13:00 a 16:30 y de 19:30 a 22:30, los fines de semana cierran a las 1h)
  • Teléfono: (+34) 93 106 60 52
  • Tipo: Restaurante
  • Web: https://martinezbarcelona.com/