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Bru Romero

El fuego no pudo con aquel Mazarino original donde los parroquianos del barrio de Chamberí de Madrid se daban cita para darle al pico sin echar cuenta del reloj. Hoy, tras transformarse en una especie de pub que no gustó mucho a los locales, vuelve a brillar con un buen lavado de imagen y un servicio que sigue invitando a alargar la última todo lo que sea necesario. F: Cortesía de Mazarino

Cuando en 2021 se jubiló Fermín, su dueño, el futuro de este mítico bar-restaurante pendió de un hilo. Lo que en un principio iba a convertirse en un tercer Café de París en la capital, pronto se mantuvo con la misma esencia que el viejo Mazarino tuvo, y que Pablo Caruncho quiso mantener. Un acierto en tiempos donde derribar para hacer algo nuevo parece ser la equivocada tendencia en un sector gastronómico que poco respeto rinde a sus mayores.

Si los 70 fueron testigos del exitoso renacer de Mazarino, en la actualidad lo que toca es descubrir cómo la cosecha ha mejorado con el paso de los años

De ahí, que con Caruncho a la cabeza y el estudio de diseño Sierra + de la Higuera como brazo ejecutor volvieran a darle a Mazarino el esplendor que en su momento supo lucir y que jamás debió perder. Un place to be definitivo con ese regusto a tradición que lo convierte en punto de encuentro implacable para nuevas y algo más talluditas generaciones con un común dominador: beber y comer bien mientras departen sobre la vida.

Así, lanas, terciopelos, maderas y un rollazo a club inglés muy (pero que muy) pro se convierten en la carta de presentación de este nuevo Mazarino donde una foto de Rocío Jurado en el 72 (y en este mismo local) da la bienvenida a hordas de clientes que nada más cruzar el umbral saben que han acertado.

Un Mazarino donde de las cerves de buena mañana o tardeo que se alarga poder pasar a una carta de lo más variada y con opciones para todo tipo de piquito y ganas (o no) de llenarse. Por ello, no deberías dejar pasar la ocasión sin catar su ensaladilla rusa, mejillones en escabeche, mollete de solomillo de vaca, tortillita española, txistorra, la parrillada de verduras, los callos a la madrileña, el steak tartar, el pulpo con mojo y revolconas, su pargo o rapito a la bilbaína con panaderas o un solomillo de vaca a la pimienta y los huevos fritos con patatas y carabinero que quitan el sentío’, que diría la Jurado.

¿Postre? Antes de pedir los cafés o los espirituosos, pregúntale al camarero a qué sabe su espectacular tiramisú y ya verás cómo le pones un broche de oro a una visita gastronómica que no tardarás en volverte a marcar antes de que termine el primer mes del año. ¡Buen provecho!

Detalles




  • Dirección: Pº Eduardo Dato, 13
  • Horario: L-D: de 09:00h a 02:00h
  • Teléfono: 913 08 02 98
  • Tipo: Restaurante
  • Web: https://mazarinobar.com/