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Ariana Díaz Celma

Son pocos ya los espacios que, recién inaugurados, se puedan adjetivar con las tres ‘B’. Es por ello que aperturas como la de Mosaic, en plena Rambla Catalunya, se constituyen como una de las mejores cosas que les ha pasado a los visitantes de la ciudad en los últimos tiempos. Este hotel, que ha abierto su persiana al mundo gracias al grupo Ona, no solo es ‘Bueno, Bonito y Barato’, sino que además tiene una situación para tiritar del susto cuando vemos lo céntrico que está. Si a ello le sumamos puntos como el hecho de que el hotel se encuentra en un edificio histórico del Marqués de Alella -que data de 1879 en plena eclosión del Modernismo- parece casi una broma que uno pueda pasar la noche aquí a partir de 51€ en una habitación doble.

El nombre del hotel no solo hace referencia a los clásicos azulejos que cubrían los suelos durante el Modernismo barcelonés, sino al cabezal de las camas de cada una de las 53 habitaciones, en las que se dibuja un mosaico hidráulico hecho con baldosas propias de siglo XXI. Una actualización del movimiento acorde con los tiempos que corren, y que se puede palpar no solo en cada una de las estancias, sino también en los pasillos, recepción y espacios comunes. Aunque con una estructura propia de dos siglos atrás, la decoración del edificio cuenta con elementos contemporáneos que otorgan a Mosaic el sinónimo de boutique en el mundo hotelero.

Además, Mosaic está a tiro de piedra de musts imperdibles de la ciudad. Y no nos referimos solo a lugares míticos como Palau Robert, La Pedrera o meeting points como Plaza Catalunya o Paseo de Gracia, sino a hotspots como el Belvedere, una de las coctelerías más míticas de la ciudad y donde también se pueden probar platos sencillos y exquisitos; el Mextizo y su infalible mezcla de de recetas mediterráneas y mexicanas; o El Sifó d’En Garriga, uno de los hits indiscutibles de 2017. Puede que pienses que tanto al alcance de la mano sólo puede ser el equivalente a ruido. Nada más alejado de la realidad: en Good2b dormimos en una de las suites con vistas directas a Rambla Catalunya y el silencio no solo te aisla y reconforta, sino que además te obliga a olvidar que estás en una de las vías más transitadas de la ciudad.

Mosaic está a tiro de piedra de musts imperdibles de la ciudad en cuanto a cultura pero también gastronomía y arte

Mosaic no ofrece servicios más allá de la habitación, aunque teniendo en cuenta lo que te acabamos de contar, es casi un alivio poder salir a disfrutar de la oferta de la ciudad cuanto antes. No obstante, para los que necesiten un café antes de previa inspección de la calle y alrededores, sí es posible disfrutar cada mañana de un desayuno de cortesía que se sirve in situ de forma gratuita, ¡todo un detalle! Por cierto, cuando abandones este precioso espacio a la luz del día, no olvides mirar arriba para disfrutar de una de las fachadas más bonitas de Rambla Catalunya, puesto que conserva todos los ornamentos arquitectónicos propios del modernismo. ¡Más no se puede pedir!

 

 

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