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Isaac Romero Ruiz

Todo tiene una doble cara: a veces positiva y otras negativa, dependiendo del punto de vista desde el que se mire. La cara B de la realidad que estamos viviendo, que parece sacada de un capítulo de Black Mirror, puede ser bastante positiva para el medio ambiente. F: Un trabajador en bicicleta por el Paseo de Gracia, en Barcelona a 23 de marzo de 2020. © David Zorrakino/Europa Press

La cara B del coronavirus: una bajada drástica en el nivel de contaminación del aire en aquellos países donde se ha decretado la paralización de la economía

Uno de los efectos colaterales más inmediatos que está acarreando el COVID-19 y su consecuente confinamiento global es la bajada drástica en el nivel de contaminación del aire en aquellos países donde se ha decretado la paralización de la economía. Tómese como ejemplo el caso de China: en marzo las emisiones de dióxido de carbono habían caído un 25%, según datos de la CREA (Center for Research on Energy and Clean Air), lo que equivale a una reducción del 6% de las emisiones mundiales. O el caso de Italia y España como se muestra debajo en un vídeo de la ESA (Agencia Espacial Europea), grabado entre enero y marzo:

“Hay pruebas de que el cambio está relacionado, al menos en parte, con la desaceleración económica que está siguiendo al brote de coronavirus”, comentan tanto la NASA como la Agencia Espacial Europea. Con una bajada de entre un 30 y un 40% en el nivel de dióxido de nitrógeno (NO2) en ciudades como Barcelona, Madrid, Sevilla o Valencia, según el último organismo mencionado, no hay mejor momento para salir a los balcones o terrazas y llenarse los pulmones de aire limpio.

¿Está influyendo realmente esta situación en la emergencia climática?

Por las redes circulan imágenes de los canales de Venecia, más limpios que nunca, o de animales que están reconquistando zonas urbanas, proclamando el éxito contra el cambio climático. Sin embargo, y aunque positiva para el medio ambiente, hay que tener en cuenta que esta situación es bastante pasajera, y por supuesto mes y medio de parón (o más, no lo sabemos con certeza) no van a solucionar el grave problema de la crisis climática que llevamos alimentando durante décadas.

Con todo, puede ser la primera oportunidad real para que intentemos cambiar nuestro sistema económico y productivo; ya que, cuando se controle esta pandemia, la sociedad seguirá afrontando otra crisis: la emergencia climática, como fue declarada por el estado español el pasado 21 de enero. Y es que el cambio climático “es más mortal que el coronavirus”, recuerda y destaca la ONU.

Por tanto, queda por saber si esa lluvia de dinero prometida por todos los países afectados se va a invertir en la llamada economía verde o en el nuevo plan de la UE, el New Green Deal. Algo positivo a destacar actualmente es la puesta en valor de conceptos como la vuelta a la naturaleza, ya que nos estamos dando cuenta de la importancia del medio natural para nuestra supervivencia. ¿O a ti no te apetece, ahora mismo, una temporada en el campo?