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La tercera entrega en formato fashion film de Costalamel sobre su filosofía Don’t grow up, it’s a trap está aquí. Con velos épicos e irreverentes –eco poético del ORIGINAL is never finished–, este nuevo film de la cineasta Laia Gil hace de cara para el manifiesto musical que lanza la marca.

Esta corrupción de lo puro deriva en materia infecta que se convierte en la crisis existencial clásica de la adultez temprana

Este tema, de composición propia, quiere matizar en qué forma no debemos crecer y por qué. Es irrefutable que la inocencia de los niños es camino directo a su creatividad y su función en el mundo, algo que la vida, tal y como la vivimos, va destruyendo a medida que crecemos. Para Costalamel, esta corrupción de lo puro deriva en materia infecta que se convierte en la crisis existencial clásica de la adultez temprana y que, a su vez, nos convierte en individuos infelices y nos distrae de lo que realmente importa.

El Don’t grow up, it’s a trap, pretende rescatar lo valioso de la juventud y reorientarla hacia lo que se merece una etapa de nuestras vidas tan preciada; el concepto representa el choque entre el idealismo romántico de un niño que quiere ser libre frente al destape de la realidad mentirosa y materialista del mundo adulto.

Aquí el manifiesto:

El sistema nos ha fallado: guerras, corrupción y mentiras. He malgastado mi fe en la raza humana. Joder, y ni tan siquiera nadie me ha preguntado. Quiero que me devuelvan mi fe en la humanidad.

Me rompieron el corazón cuando me di cuenta de que no tenemos la opción de no crecer. ¿ Por qué no podemos simplemente llegar al Mundo y decidir qué hacemos con nuestras vidas ? Creía que eso era posible solo porque estaba escrito en un libro.

No quiero malgastar mi juventud creciendo: crecer significa decir adiós. No quiero tomar decisiones: las decisiones ahogan a la juventud. No se trata de romper las reglas: los niños no piensan en romper reglas. Los niños solo quieren encontrar su camino en la vida.

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