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Paula Benítez

El esperado segundo libro de cocina del célebre arquitecto y diseñador John Pawson y su mujer Catherine, Home Farm Cooking, nos ha hecho suspirar. Nunca antes el amor por la cocina y la arquitectura se habían fusionado tan deliciosamente como en este recetario con más de un centenar de recetas unidas por la campiña inglesa y el amor al cocinar. F: Fotografías de las diferentes estancias de la casa de campo de Catherine y John Pawson, cortesía de Phaidon. © Gilbert McCarragher

El tomo incluye una colección personal e íntima de 100 de sus recetas favoritas, que se adaptan a las cuatro estaciones

Home Farm Cooking no es el primer experimento de John Pawson en la cocina. El destacado arquitecto británico, conocido por trabajar con líneas limpias y por su estética minimalista, ya colaboró en el año 2000 en un libro de recetas fotografiado en su casa de Notting Hill. Aquel, en colaboración con la escritora gastronómica Annie Bell, combinaba la estética minimalista del arquitecto y el enfoque considerado para la funcionalidad arquitectónica y espacial del hogar con la sencillez de crear y cocinar recetas deliciosas.

El éxito fue tal que ahora se considera un libro de culto, con un séquito de fans cuya presión ha sido la culpable -en el buen sentido- de la vuelta de Pawson. Esta vez, eso sí, con un cambio de localización: nos vamos del centro de Londres a la bucólica campiña inglesa. Home Farm es la base familiar de la familia Pawson, un lugar idílico que construyeron con el objetivo de convertirlo en el punto de encuentro de familiares y amigos. Sin estar allí -pero habiéndolo visto en las fotografías del libro- ya tenemos envidia de sus invitados. 

Ensalada de otoño con cebolla rustida, higos y queso azul. © Gilbert McCarragher

Dejando a un lado la arquitectura, que nos maravilla, tenemos que hablar del centenar de recetas organizadas por temporada que incluye el libro. Aunque la pareja concibe el cocinar como un acto de amar y compartir, es Catherine quien está al mando de los fogones. De hecho, algunas recetas son suyas, aunque muchas otras han sido cedidas por amigos y chefs, y otras simplemente son fruto de la inspiración de sus propios libros favoritos. 

Lo curioso de este libro es que, más allá de ser un recetario, explora la relación entre el espacio en que se cocina, el espacio en el que se come y las recetas de temporada, y así se transmite en las fotografías. Para capturar cada receta, han trabajado la presentación de cada plato con el mismo cariño y detalle que si estuvieran esperando a invitados. Toda una demostración de cómo se disfruta el plato en el espacio y cómo la arquitectura se presta a las diferentes formas en que a John y Catherine les gusta comer con los cambios de estación.