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Bru Romero

Si hay algo que nos convenza, a la hora de reservar un restaurante, y no solo por su maravillosa cocina es por su apuesta por el diseño interior como perfecta carta de presentación. Un detalle que en muchos lugares se pasa por alto pero que, sin duda, provoca que la experiencia sea mucho más redonda. Y en La Cava del Meninas, lo tienen muy en cuenta.

Situado en uno de los primeros hoteles boutique de Madrid, el Hotel Meninas, y dándonos la oportunidad de poder pasear por una de las zonas más bonitas del centro de la ciudad (Ópera y Palacio Real), el local que nos ocupa propone y dispone al gusto de grupos reducidos que quieren picotear de aquí y de allá. Una propuesta del chef Jorge Díaz que imprime con su desbordante personalidad, platos que hablan por sí solos y que no son otra cosa que el claro ejemplo de una cocina joven, atrevida pero sin perder el rumbo de la gastronomía que ya conoces.

Nada mejor que una antigua bodega para paladear los sabores más reconocibles del picoteo/tapeo más exclusivo

De esta manera, los murales cerámicos de Marcus Carús y las bóvedas del siglo XIX acompasan el ir y venir de un servicio inmaculado donde el combo castellano-castizo se hace con la pasarela de greatest hits culinarios. Así, a anchoas de Santoña en aceite de oliva y pan con tomate, mejillones en escabeche o cecina de león con lascas de manchego se le enfrentan un carpaccio de solomillo de buey con berros, una crema de calabaza con toque de nata, un rabo de toro a la cordobesa con puré de patata o una lasaña vegetariana de chuparse los dedos.

Una selección sencilla que hace enmudecer y más aún si te entregas a postres como la tarta tartin de manzana con helado de mascarpone o sus helados artesanos de chocolate guanaja o jerez con pasas (por poner un ejemplo). La copa de vinos dulces como el Oporto Taylors Tawny 20 años o Disznóko Tokaji 4 Puttonyos están altamente recomendados. Y volverán. No duden que lo harán.

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