By
Bru Romero

Si salir a comer ya es toda una aventura, que te lleven la comida a casa puede ser una aventura superior. ¿Hay algo mejor que marcarte un buen banquete sin tener que arreglarte especialmente para la ocasión y sin tener que perder los nervios reservando o esperando tu turno? Si algo nos está enseñando esta pandemia es a cambiar nuestros hábitos o, al menos, a sacarle provecho a esta nueva normalidad que ya nos ha regalado tantos momentos terroríficos. Por eso, hoy cogemos un nuevo modo de transporte porque comemos en Tuk Tuk o, mejor dicho, Tuk Tuk viene a casa. F: Cortesía de Tuk Tuk

¿Te apetece pasar un rato diferente y picotear de entre la mejor comida callejera asiática? Tuk Tuk obra el milagro y Glovo, Deliveroo, Uber Eats o Just Eat te lo llevan a casa

Los orígenes de este restaurante, que salpica varios puntos estratégicos en la capital (Barquillo, Goya, Bernabéu, Bilbao…), se remontan a aquellos años en los que el exactor de Hong Kong Ricardo Alexander y el empresario Olivier Blomme recorrieron Asia de hotspot en hotspot y cayeron en las redes de la mejor cocina callejera, dejándolos para siempre enamorados. Un amor que trajeron a nuestro país bajo el nombre de Tuk Tuk, un sueño reconvertido en una cadena de restaurantes que hoy ofrece lo mejor de la cocina del Sudeste Asiático pero sin que, para ello, sufras de jet lag.

Un Tuk Tuk que nos lleva por un verdadero viaje a través de los sabores más canallas de Filipinas, Hong Kong, Tailandia, Malasia o Indonesia y que durante estos meses ha depurado, aún más, su propuesta delivery con una carta que se adapta al grado de hambruna que recorra tu cuerpo y que siempre, siempre, te deja satisfecho. Porque si creías que en cuestión de platos asiáticos lo habías visto (y probado) todo, es que aún no le has hincado el diente a sus Money Bags, a sus rollitos vietnamitas, al bun relleno de pulled pork con salsa hoisin y mayonesa japo, a los dim sum de cerdo y langostino, a sus ensaladas de mango y pepino o pollo agridulce con piña y cacahuetes, a su arroz frito salteado con verduras y huevo o al que va acompañado con chop suey, a su particular versión de la caldereta pero a la filipina, a su pad thai (que quita el sentido) o a sus fideos de trigo con ternera y curry, al famoso ramen filipino o a la no menos conocida sopa Pho.

¿Te parece poco? Pues aún hay más. No te llevarás a casa una experiencia completita si no pides también su brocheta satay, el pato picante con mango, sus alitas sweet chili y su tarta Pasabog, una riquísima tarta de queso con limón y jengibre que te ayudará a poner el broche de oro a una comida de fli-par-lo. ¡Buen viaje!

Detalles