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La diseñadora de interiores Sasha Bikoff combina rococó francés del siglo XVIII con el Memphis de los años 80 en su participación en Kips bay show house, una cita anual de diseño en la que los diseñadores de interiores son invitados desde 1973 a transformar una casa de Manhattan en una exhibición que aúna diseño, arte y tecnología. El resultado ha sido un auténtico espectáculo visual, que nos ha dejado a todos con la boca abierta.

Su intención era crear un espacio que les hablara a los niños desde la creatividad y motivarlos para que no dejen de perseguir sus sueños

Sasha Bikoff, es conocida por su comprensión equilibrada de diseño, ejecución impecable y conocimiento técnico esculpido de sus vastas hazañas y experiencias mundanas. El estilo de Bikoff está fuertemente influenciado por los sabores multiculturales de su ciudad natal, la ciudad de Nueva York, y de sus experiencias de viaje al extranjero. Este año, fue la escogida para rediseñar la escalera de Kips Bay, lo que fue asumido por Bikoff como un desafío, dada la complejidad del proyecto, ya que debía ser significativo tanta para los invitados a la sala como para el club de niños y niñas Kips Bay, para los que fue fundado inicialmente el proyecto  de recaudar fondos. Según explicó Sasha, su intención era crear un espacio que les hablara a los niños desde la creatividad y motivarlos para que no dejen de perseguir sus sueños.

Entendiendo el diseño como algo que debe ser divertido, mundano e intelectual; decidió unir los colores vivos y los patrones de movimiento del diseño de los años ochenta y yuxtaponerlos con la arquitectura tradicional europea. Los motivos del movimiento de Memphis (zigzags, lunares, garabatos, triángulos piramidales) junto a la influencia del trabajo de los diseñadores Ettore sottsass y Alessandro Mendini, le sirvieron de inspiración. El dinamismo, o sentido del movimiento, evocado por estas formas juega con la naturaleza circulatoria de la propia escalera.

Sasha quiere que los visitantes asistan a un sueño tecnicolor, para ello trabajó creando una alfombra personalizada para las escaleras, que es el primer punto culminante del espacio con sus divertidos y modernos pasteles. En las paredes, Sasha colaboró con el estudio de diseño Voutsa. También incorporó polaroids de supermodelos, raperos y estrellas del pop, así como espejos de artistas como Chris Schanck y Misha Kahn.